Aparte de las obvias consideraciones comerciales por la imposición de tarifas y el acuerdo comercial a que han llegado, cabe describir cuáles son los temas que deberian preocupar a la comunidad internacional.
Ha quedado en evidencia en las últimas discusiones la diferente estrategia seguida por ambos países que podría traer impensadas consecuencias. En efecto, China cada vez más a través de los últimos años, se ha apoyado en la cooperación con los organismos e instituciones multilaterales como las Naciones Unidas, el WTO, etc. mientras que los Estados Unidos ha continuado con su proceso de disociación de los mismos. Esta vez con el apoyo de 80 países, China fue el país que impulsó que se declarara a junio 10 como el "Dia Internacional del Dialogo entre las Civilizaciones" (Internacional Day for Dialogue among Civilizations).
Un ejemplo más de multilateralismo en las relaciones internacionales frente al cada vez mas creciente bilateralismo de Estados Unidos. Una opción que ambos países han adoptado a conciencia.
Es decir que China como estrategia a mediano y largo plazo está desarrollando las bases de una cooperación internacional que tiene dos objetivos claros: a) disputar a Estados Unidos: a) el rol predominante del uso del dólar como moneda de cambio y reserva y b) construir un espacio geográfico de influencia comercial y política común con los países en desarrollo. La propuesta de China es que de ahora en adelante las disputas que puedan surgir en materia política, económica y comercial con Estados Unidos serán disputas a nivel regional o mundial.
Estados Unidos paralelamente ha optado por expandir su clásica política bilateral dado que todavía es el país hegemónico por excelencia y ha optado por una Zero Sum Policy o detente de post guerra.
El peligro de esta política es que lleva al aislamiento. Entendible para los halcones de Estados Unidos ya que por lejos Estados Unidos es la potencia militar más importante del mundo. Pero cualquier inestabilidad interna del dólar o caída de su industria tendría consecuencias mas allá de lo económico. Esta política lleva al aislamiento paulatino de Estados Unidos sumado a la problemática de su política immigratoria.
Los que defienden esta actitud dicen con acierto que nada malo le ha ocurrido a Estados Unidos por no firmar el tratado de proteccion ambiental de Kyoto o por no ser miembro de la Corte Internacinal de La Haya. Asimismo, Europa no está en condiciones económicas para hacer un frente común a las políticas de Estados Unidos, con todavía una dependencia marcada de Rusia en el suministro de gas. Pero la existencia de una China integrada con la comunidad internacional todo lo puede cambiar.
Hay temas en los cuales es imposible que haya un acuerdo: Taiwán y las aguas del Pacífico Sur (South China Sea). Otros que van a ser superados como la prohibición de visas a estudiantes chinos. Los mares del Sur de China tienen una regulación que, si bien no es perfecta, mientras se las respete no deberían ocasionar grendes enfrentamientos (barco de todas las naciones pueden disfrutar del derecho de "innocence passage" siempre que sea continuo y expeditivo.
Estados Unidos ya no será "the shining city on the hill" o "the beacon of light", el faro de luz de Ronald Reagan. Su vocación de liderazgo y defensa de grandes principios democráticos está siendo reemplazada por una visión más práctica, pero afín a otra de sus tradiciones: wining is everything que se trasluce en anécdotas que he vivido personalmente. En efecto un día volví a casa y encontré a mi hijo llorando. Había llegado a la final de beisball de su colegio en Nueva York y había perdido. Mi consejo fue que a pesar de perder debería estar orgulloso de haber llegado a la final. Su respuesta fue: papá no entendés nada, si no eres "the winner, you are the looser". Looser es un término peyorativo en inglés. Si no ganás, sos un "perdedor". Por eso "the winner takes it all" de los deportes. El ganador se lleva todos los premios y felcitaciones.
En la era Trump esa es la regla. En el "Art of the deal" de Trump está bien descripta. Y es la que por lo menos la mitad de la población admira de Trump. Estados Unidos sigue admirando al "ganador". En general no existe el empate. El futuro es un "bumpy road" (un camino con obstáculos y marcha atrás), pero una realidad que por ahora predominara frente a China y su táctica política de no confrontación directa.
Un cambio radical que solo refleja la realidad del votante en Estados Unidos y de los organismos de decisión de China en la actualidad.