Fiebre de Oropouche: el virus emergente que afecta zonas tropicales y enciende las alertas
Con síntomas similares a enfermedades conocidas, este virus se propaga rápidamente y ha comenzado a reclamar víctimas en zonas de alto riesgo.
Con síntomas que afectan profundamente el bienestar, esta enfermedad presenta un desafío tanto para las personas como para los sistemas de salud.
Conocer sus características y diferencias frente a otras enfermedades virales comunes en el trópico puede ayudar a la prevención y a la pronta identificación.
Los síntomas y el impacto de la fiebre de Oropouche
Los síntomas de la fiebre de Oropouche son similares a los de otros virus transmitidos por mosquitos, lo que puede dificultar su diagnóstico temprano. Los afectados suelen presentar fiebre alta, dolor de cabeza, molestias musculares y articulares, e incluso náuseas y vómitos en algunos casos. Este cuadro clínico puede confundirse con otras enfermedades como el dengue, lo que puede retrasar el tratamiento adecuado para mitigar los síntomas.
El impacto de la fiebre de Oropouche en la salud puede ser debilitante, aunque en la mayoría de los casos no se considera mortal, en ciertas personas, como aquellas con el sistema inmunitario comprometido, la fiebre de Oropouche podría complicarse y convertirse en una amenaza seria para la salud.
Las diferencias entre el dengue y la fiebre de Oropouche
Si bien el dengue y la fiebre de Oropouche comparten síntomas, como la fiebre alta y el dolor articular, existen diferencias clave entre ambas enfermedades.
El dengue, causado por el virus del dengue, pertenece a la familia Flaviviridae y es transmitido principalmente por el mosquito Aedes aegypti.
La fiebre de Oropouche, por otro lado, es causada por el virus Oropouche (OROV) de la familia Peribunyaviridae y se propaga a través del mosquito Culicoides paraensis.
En términos de gravedad, el dengue es más peligroso y puede evolucionar a formas graves, conocidas como dengue hemorrágico, que pueden poner en riesgo la vida.
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La fiebre de Oropouche no se caracteriza por síntomas hemorrágicos. Sin embargo, ambas enfermedades pueden debilitar intensamente a los afectados, afectando su bienestar durante el curso de la infección.
Geográficamente, el dengue es más extendido y común en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, mientras que la fiebre de Oropouche es más limitada a ciertas zonas de América del Sur, como Brasil y Perú.
Este factor hace que la fiebre de Oropouche esté menos estudiada y sea menos conocida en comparación con el dengue, aunque sigue representando una preocupación creciente.
Casos de fiebre de Oropouche registrados en 2024
En 2024, el virus Oropouche ha mostrado un notable incremento en América Latina, afectando principalmente a Brasil, donde se han reportado más de 10,000 casos hasta octubre. Los brotes se han concentrado en áreas amazónicas y urbanas, y el aumento de casos se ha atribuido a las lluvias y a la expansión del vector Culicoides paraensis.
Según la alerta epidemiológica emitida por la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) en agosto de 2024, se han identificado algunas muertes relacionadas con el virus en Brasil, alertando a las autoridades sanitarias sobre la gravedad del brote.
Otros países latinoamericanos como Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana y Perú también han registrado casos en sus territorios. Incluso se han reportado casos importados en países de Norteamérica y Europa, lo que indica la posibilidad de una expansión geográfica del virus.
Dicha alerta, alentó a los países a fortalecer la vigilancia epidemiológica y a tomar medidas preventivas, especialmente en áreas propensas a la transmisión.
Cómo prevenir el contagio de la fiebre de Oropouche
La prevención de la fiebre de Oropouche se basa en reducir el riesgo de picaduras de mosquitos en zonas endémicas. Aunque no existe una vacuna ni tratamiento específico para esta enfermedad, adoptar medidas de protección personal puede ayudar a disminuir las probabilidades de contagio.
Usar repelentes de insectos, ropa que cubra la piel y mosquiteros en áreas afectadas son acciones clave para protegerse.
Además de la protección personal, la reducción de criaderos de mosquitos es fundamental, es por ello que eliminar fuentes de agua estancada en el entorno ayuda a controlar la reproducción de los mosquitos transmisores, disminuyendo así la posibilidad de infección en áreas de riesgo.
Esto es especialmente importante en regiones selváticas y rurales donde la fiebre de Oropouche tiende a propagarse.
Las autoridades de salud también recomiendan monitorear y controlar las poblaciones de mosquitos en las áreas afectadas, especialmente en épocas de lluvia.