

La combinación de rivalidades geopolíticas, armas cada vez más potentes y decisiones políticas bruscas ha reavivado el temor a una Tercera Guerra Mundial. En 2026, factores militares y diplomáticos podrían convergir y transformar choques regionales en crisis de mayor alcance.
Aunque un enfrentamiento global sigue siendo un escenario extremo, especialistas señalan que hay al menos cinco focos de riesgo cuyas dinámicas requieren vigilancia urgente por parte de gobiernos y organismos multilaterales.
Los cinco escenarios que podrían empezar la Tercera Guerra Mundial
1) Europa y la sombra del conflicto ucraniano
La guerra entre Rusia y Ucrania continúa a pesar de los intentos de llegar a un acuerdo. El avance sostenido del frente oriental y las presiones políticas en países aliados aumentan la probabilidad de incidentes que involucren a Estados miembros de la OTAN.

Movimientos militares cerca de fronteras, violaciones de espacios aéreos y el empleo de nuevos sistemas de armas pueden generar respuestas en cadena. La percepción en las capitales europeas es que una concesión forzada a una de las partes podría sentar un precedente peligroso.
2) El posible choque por Taiwán
En Asia, la situación alrededor de Taiwán concentra la atención: el crecimiento de capacidades anfibias y la presión diplomática elevan la tensión. Un intento de cambio del statu quo en la isla forzaría la intervención de potencias externas y podría abrir un segundo gran frente geopolítico, con implicaciones directas para el Indo-Pacífico.
3) Inestabilidad en Oriente Medio
Las dinámicas entre actores estatales y no estatales continúan siendo volátiles. La persistencia de conflictos por proxy, el desarrollo nuclear regional y los episodios de escalada entre estados podrían transformar un enfrentamiento localizado en un problema de seguridad más amplio.
4) La península coreana y sus riesgos militares
La retórica hostil y el rearme de Pyongyang incrementan el riesgo de choques fronterizos. Una provocación o un cálculo erróneo ahí tendría efectos inmediatos en la seguridad regional y podría arrastrar a aliados con compromisos defensivos.
5) Multipolaridad y la carrera armamentista estratégica
El fortalecimiento de arsenales y la competencia por tecnología militar avanzada crean una atmósfera de desconfianza. La posibilidad de alianzas tácticas entre grandes potencias podría complicar la diplomacia preventiva.
Los próximos meses exigirán mayor coordinación internacional y prudencia estratégica para evitar que estos focos se conviertan en una conflagración de alcance mayor.

¿Es posible que estemos cerca de una Tercera Guerra Mundial?
Historiadores militares reconocidos, como el experto Antony Beevor, han señalado que no es “alarmista” pensar en la posibilidad de una nueva guerra global que podría desatarse en un futuro próximo.
Esta preocupación se basa en las crecientes disputas que se observan en diversas regiones del mundo, tales como la guerra comercial entre China y los Estados Unidos, así como el conflicto prolongado entre Rusia y Ucrania.











