Cordobesa de nacimiento, mexicana por adopción (desde 1976 vive en el DF), Liliana Felipe es primero actriz, cantante, pianista y compositora. Pero también es una piedra en el zapato, un dolor de muelas a la madrugada o problemas de cerradura un sábado a la noche para muchas instituciones y personajes del establishment latinoamericano.

“Que veinte años no es nada” ( editado en Argentina por Los años Luz) es su último trabajo, recientemente presentado a sala llena en Buenos Aires y La Plata. Un disco doble que reúne 40 canciones, algunas inéditas, escritas a lo largo de dos décadas y publicadas (una cada seis meses) en la revista mexicana Debate Feminista.

En este trabajo, como en la mayoría de sus anteriores, la argenmex Felipe canta y compone junto a su mujer y compañera artística, Jesusa Rodríguez, una mexicana de pura cepa que suele aparecer en las presentaciones en vivo, cantando y bailando. Juntas logran un tándem de féminas pocas veces visto sobre un escenario.

En “Que veinte …” las canciones trazan un recorrido posible de épocas. La Iglesia Católica, el poder militar o las clases políticas corruptas de las América son solo algunos de sus blancos predilectos. Consolidados como sus acérrimos enemigos, la Felipe no pierde ocasión o canción para denunciar explícitamente las atrocidades que estas instituciones y sus personajes hicieron y hacen sobre estas latitudes.

Pero no todo es denuncia en el mundo Felipe. El humor y el amor se unen, se separan y se vuelven a unir para cantarle a la gastronomía (“Ajo!”, “La mayonesa”, “Come chocolate”); a la sexualidad (“Los sexos de Miller”, “Las histéricas”) u homenajear a mujeres extraordinarias (“Doña Chavela”, “Es Elena Poniatowska”) son algunas de las piezas del universo de Liliana.

Operas, operetas, tangos, sones de México y canciones a simple piano forman parte del universo musical de esta cordobesa que con algo de demora, cada vez pisa más fuerte en su propio país. Y sí, veinte años, no es definitivamente nada.