

Un país sin Olmedo es "como si de golpe la gente se hubiera quedado desamparada, sola en las gradas de un circo vacío". El recuerdo del General Onganía muestra un oficial "ridículo y siniestro como Videla, aunque de mejor postura". La semblanza de Nicolino Locche enseña a un boxeador piadoso que no trituró a un rival porque no daba más, porque no se podía sostener sobre sus piernas.
Estas impresiones y muchas más de Osvaldo Soriano (1943-1997) dispersas en revistas y diarios e inéditas hasta ahora en un libro se pueden leer en "Cómicos, tiranos y leyendas" (Seix Barral).
La diversidad de registros -crónicas, perfiles, opiniones políticas, comentarios literarios, entrevistas- caracteriza a la obra, que reúne piezas periodísticas escritas entre 1971 y 1996. Se trata de textos que halló, como un consumado arqueólogo, el periodista ngel Berlanga, luego de hurgar en bibliotecas y archivos.
Soriano narra sus pasiones y obsesiones. Hay retratos de sus amigos Antonio Dal Masetto y Osvaldo Bayer; entrevistas a Cortázar y Onetti; crónicas de box y fútbol; recuerdos de su vida europea en el exilio durante la última dictadura militar. Y, claro, textos sobre los gatos y sus influencias literarias.
La aparición de este libro de crónicas se suma a los que Soriano publicó en vida: Artistas, locos y criminales; Rebeldes, soñadores y fugitivos; Cuentos de los años felices y Piratas, fantasmas y dinosaurios.
Como los buenos recuerdos que arrancan sonrisas e invocan nostalgias, se lee la obra de Soriano. Tal vez, argumentos precisos- el lector juzgará- para sumergirse en estas páginas repletas de cómicos, tiranos y leyendas.













