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Hablar con Dolores Brizuela es conocer de primera mano y en profundidad los últimos 23 años de la historia de Dow en la Argentina. Su paso por los diferentes negocios y su vinculación con la planta que la compañía química tiene en Bahía Blanca, el corazón de su operación, la convirtieron en uno de los referentes de la empresa y, desde fines de 2024, en la presidente de la compañía para la Argentina y Región Sur tras tomar la posta que tenía Matías Campodónico.

En su nuevo rol, Brizuela debe coordinar y definir lo que es relevante para la región en tiempos en que el sector petroquímico vive una crisis global de sobreoferta lo que provocó una “terrible comprensión de los márgenes de la industria”, explica la experta y da detalles: “China construyó una enorme capacidad en los últimos años para una demanda que hoy no está ya que ese país venía creciendo al 10 por ciento anual en el consumo de polietileno en pre pandemia y pos pandemia lo hace al 3 por ciento”, detalla las razones de la crisis.

Sumado a la crisis global, en la Argentina, la demanda de polietileno sigue aún un 20 por ciento abajo en comparación a hace dos años, especialmente en consumo masivo, uno de los clientes principales de Dow.

De ahí que uno de los desafíos que debe afrontar la número uno, al igual que todas las industrias locales, es la competitividad. “Tenemos que estar listos para hacer cambios estructurales y ser competitivos globalmente y de largo plazo. Si queremos crecer el día que se necesite más capacidad competimos con el mundo”, indica Brizuela.

Según señala, uno de sus roles es explicar que “la Argentina puede ser un hermoso lugar para que invierta Dow en un futuro no muy lejano. Por un lado, porque pareciera que nosotros estamos mejorando -por suerte no hay que tomar la decisión hoy- y, por el otro, porque el mundo está más incierto”. “Hoy mi prioridad es que, cuando la industria mejore, se elija Bahía Blanca para la expansión”.

Además de la mirada estratégica e integral de la compañía, Brizuela debe seguir liderando el negocio del cual es responsable: Hidrocarburos, un vertical que se convirtió en crítico para la empresa para crecer en su negocio principal, el Polietileno.

“Comencé a liderar este negocio cuando volví a la Argentina después de una experiencia en el exterior”, cuenta la ejecutiva y sigue: “Fue un negocio que siempre quise, un negocio desafiante porque compra más de lo que vende al mismo tiempo, y sus productos están atados a dinámicas locales y globales".

Más allá de las preferencias de Brizuela, con Vaca Muerta Hidrocarburos adquirió otra relevancia y fue el negocio que más inversión tuvo en la última década porque Dow, además, es inversor en Mega junto a YPF y Petrobras. Esto convirtió a la Argentina en el único país del mundo que integra desde la producción de gas hasta la fabricación de polietileno.

La planta de Dow en Bahía Blanca
La planta de Dow en Bahía Blanca

Para nosotros invertir en Vaca Muerta fue solucionar un problema de gas, en nuestro caso materia prima, en la Argentina. Desde 2007 hasta 2015, todos los inviernos la industria tuvo que parar plantas por falta de gas”, explica la ejecutiva.

Justamente, aquí es donde la presidenta de Dow ve oportunidades de crecimiento mientras la sobreoferta de la industria se equilibra. “Van a venir nuevas Megas. Con la exportación del petróleo y el oleoducto ya en construcción hay gas asociado”, asegura.

Así, la ejecutiva que tiene los dos gorros detalla: “En nuestra industria tenés dos patas fundamentales: el costo y el precio. Este último lo maneja la dinámica global y tenemos poco para controlar. Nuestra injerencia es mínima. En cambio, en los costos sí depende de nosotros”, señala la ejecutiva que tiene los dos gorros, los costos fijos y los costos variables que es la materia prima, es decir, los hidrocarburos que están bajo su responsabilidad. “Para negociar con los proveedores es fundamental entender la operación y haber estado en planta me ha dado mucho conocimiento técnico para hacer bien mi rol de Hidrocarburos”, precisa la experta que tiene una premisa: “Como siempre pasan cosas que no controlás, idealmente uno se puede anticipar para mitigar impacto a la vez que se enfoca en lo que sí controlas”.

Historia de casualidades

Brizuela nació en Bahía por casualidad. Su padre, marino, estaba destinado en esa ciudad al momento de su nacimiento. Sin embargo, a sus 9 años se mudaron a Paraná y no volvió a Bahía hasta que entró a trabajar en Dow.

Sin embargo, el conocer la ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires y haber vivido allí quizá fue la razón por la cual aceptó ingresar a trabajar en Dow en su planta de polietileno. “Leí el aviso de la búsqueda de jóvenes profesionales en la cartelera de la universidad”, recuerda Brizuela, quien estudió Ingeniería Industrial en la UBA. Fue a la entrevista luego de pasar por la biblioteca de la facultad para estudiar quién era Dow. Sin embargo, no se enteró de que el puesto era en Bahía Blanca hasta que le dijeron que era una de las elegidas junto a otros nueve estudiantes -la mitad se fue a los dos año-. Con la valentía de los 23 años y la experiencia de vivir en distintos lugares, la hoy líder de Dow aceptó el reto y durante cuatro años aprendió sobre la compañía ya no en una biblioteca, sino en el corazón de su negocio, la planta.

La única experiencia que había tenido en una empresa había sido en Danone, es decir en consumo masivo. “No tenía la intención de irme de Danone, me gustaba el sector. Sin embargo, en la facultad lo que más me atraía era todo lo relacionado con lo técnico, la termodinámica, los procesos industriales”, relata.

Si bien no es mandatorio que los presidentes de la empresa hayan pasado por planta para Brizuela tiene un valor enorme. “Para una compañía como Dow donde el corazón es la manufactura haber tenido esa experiencia es un aporte muy importante”, asegura la líder, que demuestra la pasión por lo que hace. “Fue una experiencia fantástica, son metros de caños a la intemperie, a la altura de edificios. Es fascinante”.

A la experiencia de planta siguió un paso por I&D, donde se atiende a los clientes y se los asesora técnicamente para que sus productos -generalmente envases- tengan el mejor desempeño para los clientes de nuestros clientes. “En este tiempo aprendí mucho de procesos y también me ayudó a analizar cómo llegar a mayores mercados”, dice Brizuela.

En esa etapa de su carrera llegó el desafío internacional. La ingeniera pasó al área de Marketing en Brasil haciendo desarrollo de mercado para América latina y el último tiempo a nivel global. “Decidí tomar la posición global desde Brasil porque creía que Estados Unidos o Europa no eran lugares en el que quería vivir sola, pero empecé a sufrir el tema de la cantidad de viajes”, cuenta.

La ejecutiva estaba en el negocio más importante de la compañía, en el liderazgo global de ese negocio, pero “no me daba una gratificación que compensara el esfuerzo”, explica.

Fue así que volvió a la Argentina y se hizo cargo del negocio de Hidrocarburos que hoy sigue liderando.

Hoy casada y con dos hijos, de 3 y 5 años, como buena amante de los deportes, Brizuela acaba de correr los 42 kilómetros de Buenos Aires. “Hacer deporte me resetea”, reconoce.