La dificultad de la industria para aumentar el volumen de exportación y la falta de confianza en la demanda doméstica contribuyeron al frustrante resultado de la producción industrial en el primer bimestre del año, que registró una suba de 1,1% en relación a igual período de 2012.

Al mismo tiempo, las medidas para elevar la competitividad no consiguieron librar a los fabricantes de algunos sectores de enfrentar la competencia de los importados.

Un cruzamiento de los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) con los de volumen de exportación e importación mostró que, de los nueve sectores en los que cayó la producción física en el primer bimestre, en relación a igual período de 2012, cinco registraron una reducción del volumen de exportación que varió de 2,2% a 20,6%.

Esos cinco sectores -tabaco, edición/impresión, metalurgia básica, máquinas/equipamientos y productos de informática, electrónicos y ópticos-representan un quinto de la producción industrial del país. Se consideraron sectores en los cuales la caída de la producción física fue mayor a 1%.

En el área textil, con una desaceleración de 7% en el primer bimestre, el nivel de exportación se mantuvo estable. Los datos del volumen de embarques y desembarques son de la Fundación Centro de Estudios del Comercio Exterior (Funcex).

Fernando Ribeiro, técnico de investigación y planificación del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), dijo que la caída de los embarques en varios segmentos industriales, como máquinas y equipamientos, revela problemas estructurales del sector. El volumen de exportaciones de manufacturas cayó 7% en el primer bimestre ante iguales meses del año pasado. En el segmento de máquinas y equipamientos la baja fue más intensa, de 20,7%.

En el mismo período, la producción industrial del segmento cayó 2,3% y el volumen importado, 0,3%. Los datos del sector de máquinas y equipamientos revelan también el bajo nivel de inversión de las empresas en el país, dijo Ribeiro. Además del Reintegra, programa que devuelve en créditos tributarios parte del valor exportado, el sector de máquinas fue beneficiado con la desgravación de la nómina salarial durante 2012.

Sin embargo, para Ribeiro la recuperación de la exportación brasileña de manufacturas depende no solamente de las condiciones internas de producción. No bastan medidas de competitividad ni cambio. Es preciso que mejore el escenario de bajo crecimiento mundial.

El economista dijo que, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en 2010 y hasta 2011, el volumen total de importados en el mercado internacional creció entre 1,5% y 2,5% cada trimestre. Pero a partir del cuarto trimestre de 2011 hasta el tercero del año pasado, esa tasa de crecimiento cayó a entre cero y 0,5%. Según Ribeiro, ese escenario no mejorará mucho a corto plazo. Al mismo tiempo, no hay expectativa de que explote el consumo doméstico.

Julio Sergio Gomes de Almeida, profesor de Unicamp y ex secretario de Política Económica, evalúa que algunos segmentos sienten en la producción no solamente la demanda más baja internacional sino también la del mercado interno. Entre ellos, los fabricantes de equipamientos de informática, productos electrónicos y ópticos tuvieron una caída de producción industrial y registraron una reducción no solo del volumen de exportación sino también de importación.

Otro segmento, el de minerales no metálicos, refleja la desaceleración de la construcción civil en el mercado interno. La producción física del sector se mantuvo prácticamente estable, con una ligera caída de 0,7% en el primer bimestre, con un volumen de importación también estable, en 0,4%.

La dificultad de la industria de volver a un nivel de crecimiento de producción sustentable refleja una falta de confianza en el crecimiento de la demanda interna, dijo Silvia Matos, investigadora del área de economía aplicada del Instituto Brasileño de Economía (Ibre/FGV). Las medidas de estímulo al consumo, como las reducciones del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI), provocaron una anticipación de compras durante el año pasado y la incertidumbre sobre el comportamiento del mercado, según Matos.