El presidente de la Confederación de Industrias Alemanas (BDI, en la sigla en alemán), Hans-Peter Keitel, defendió este lunes el libre comercio internacional como forma de superar la crisis económica global, y pidió a Brasil que tenga cuidado con las consecuencias de los tributos que impone, que pueden aislarlo a nivel internacional.

Durante la apertura del Encuentro Brasil-Alemania 2011, en Rio de Janeiro, Keitel habló sobre la situación en Europa, afirmó que por incongruencias internas Grecia se aisló del mercado mundial y pidió a Brasil que “piense acerca de las consecuencias de un aislamiento del mercado interno”.

“Piensen en las consecuencias de una suba de impuestos sobre la importación de productos alemanes, sobre todo de autos producidos en Alemania”, dijo.

El presidente del BDI afirmó que la economía alemana consiguió fortalecerse “extraordinariamente” con la crisis económica durante los últimos años, por las características del modelo comercial de ese país, abierto a todo el mundo.

Keitel aseguró que el problema actual no es del euro, sino del endeudamiento gubernamental. Según el ejecutivo, Grecia es un país que tiene dificultades para fortalecer su economía y cobrar de forma eficaz sus impuestos, que tiene un alto nivel de evasión, y en el cual las empresas no innovan, y por eso, se produjo la “suspensión de los mecanismos de competencia”.

“Precisamos de libre comercio”, pidió el presidente de la confederación industrial, para que los países superen la crisis. Además, recordó que el volumen de operaciones comerciales entre Brasil y Alemania creció un tercio el año pasado.

Según Keitel, las compañías alemanas producen en Brasil cuatro veces lo que se exporta de Alemania hacia Brasil, y son responsables por 8% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. Señaló que gran parte del éxito de las asociaciones está en la inclusión de intercambios tecnológicos.

El empresario dijo que no se puede pensar en asociaciones si no resultan exitosas para los dos países. Dijo que Alemania es un país prácticamente sin materias primas, y Brasil, en cambio, con abundancia de ellas. Al mismo tiempo, el país europeo tiene alta tecnología, por lo que le resulta posible una asociación que envuelva a ese sector, según Keitel.

“Defendemos mercados abiertos, libre comercio y protección de la propiedad intelectual. Así podemos pagar las materias primas con tecnología”, afirmó.