El gobierno brasileño, en conversaciones reservadas, logró que el sector alimentario de su contribución para mantener bajo control la inflación este año, y se prepara para enfrentar, hasta diciembre, un aumento en los precios agrícolas derivados da la entre cosecha en la producción de granos, carne bovina, cereales y etanol. A pesar de que la fuerte preocupación puso a los especialistas en estado de alerta, se espera que la presión sea menos intensa que la registrada en el segundo semestre de 2010. El peso será menor, dijo una fuente del Ministerio de Hacienda.

Pero parte del gobierno sigue sorprendido con los recientes recortes en las cosechas, en especial en la producción de trigo y maíz de invierno, provocadas por cuestiones climáticas.

La permanencia del escenario de bajos stocks mundiales y de firme demanda externa por commodities, principalmente de China, completan el escenario que trazó el gobierno. Los ministerios de Agricultura y Hacienda mantuvieron conversaciones reservadas con el Banco Central (BC) para analizar escenarios y tendencias. En el foco, está el grupo Alimentación y Bebidas, cuyo peso en el índice oficial de inflación (IPCA) llega a 22%. Ese sector registró una inflación de 0,72% en agosto, muy por encima del IPCA del mes, que fue de 0,37%.

Según parte del gobiern

o, la presión de los alimentos indica que el país tendrá que convivir con una tasa de inflación más alta hasta final de año. Pero, a partir de marzo o abril de 2012, cuando ingresará la nueva cosecha, se prevé que los alimentos den una contribución efectiva en el control de la carestía.

En lo que va del año, el IPCA acumula una suba de 4,14%, y en doce meses llega a 7,4%, lejos del techo de la meta establecida por el gobierno, de 6,5%.

El gobierno argumenta que está en curso una recuperación de precios, en términos nominales, en relación a los picos registrados a comienzos del año. Maíz, trigo, carnes y etanol se encuentran en esa situación. Se evalúa que se mantendrá ese escenario, pero sin subas de precios fuera de esas expectativas.

Puede haber sobresaltos por cuestiones climáticas en hortalizas, frutas y feijao (poroto negro), cuyo peso en el bolsillo del consumidor es importante. Inundaciones y sequías influyen directamente en los precios del Ceagesp, la central de San Pablo por donde circula esa producción. En el sector de carnes permanecen las dudas. Por ejemplo, si las lluvias llegan antes de lo previsto en la región centro-oeste del país, se estima que los precios cederán. De lo contrario, se mantendrán altos.

La cotización de la arroba de buey, en precios deflacionados, viene indicando una suba hasta el momento.

El gobierno evalúa que los productores de arroz y feijao sufrieron para ayudar a controlar la inflación. Pero ahora hay señales de que esos precios se están recomponiendo a niveles similares a los de 2010. En un horizonte de corto plazo se ven problemas climáticos y la exigencia de inversiones más altas en los campos de cultivo porque subirán los costos de la nueva cosecha. Los principales insumos, cotizados en dólar, tuvieron reajustes significativos. Para completar el análisis del gobierno, todavía no se determinó la expectativa para la nueva cosecha. Es decir, que hay muchas dudas en el horizonte.