En su primera manifestación púbica sobre la llegada del senador boliviano Roger Pinto Molina a Brasil, la presidenta Dilma Rousseff condenó duramente este martes la operación emprendida por el encargado de negocios de la embajada brasileña en La Paz, Eduardo Saboia.

Dilma afirmó que el gobierno brasileño no podría, en ningún momento, haber sometido a Molina al riesgo de dejar el país sin el salvoconducto del gobierno boliviano, garantía de que el asilado podrá continuar su traslado al país que le concedió asilo. Dijo que el gobierno brasileño negoció en varias oportunidades, el salvoconducto con Bolivia, sin éxito.

Molina estaba asilado hace más de 450 días en le embajada brasileña en La Paz. El viernes por la tarde escapó a Brasil con el auxilio de Saboia. Ambos viajaron en un auto oficial durante 22 horas hasta Corumbá (Mato Grosso do Sul), desde donde embarcaron en un avión a Brasilia.

Un país civilizado y democrático protege a sus asilados, sobre los cuales tiene que garantizar, especialmente, la seguridad en relación a la integridad física, declaró la presidenta después de participar en un acto en el Congreso.

Lamento profundamente que un asilado brasileño haya sido sometido a la inseguridad que le dió el funcionario (por Pinto Molina). La mandataria destacó que ningún país del mundo puede someter a un asilado a correr riesgo de vida. El tema no es que no haya pasado nada. Podría haber sucedido. Un gobierno no negocia vidas. Un gobierno actúa para proteger la vida, señaló.

El episodio derivó en el despido del ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota, que se enteró del episodio una vez que Pinto Molina llegó a Brasil. Saboia alegó que actuó de esa manera por razones humanitarias y llegó a comparar la situación de confinamiento del senador boliviano en la embajada brasileña a la prisión del DOI-Codi, que utilizaba el régimen militar. El Destacamento de Operaciones de Informaciones - Centro de Operación de Defensa Interna (DOI-Codi) fue un organismo subordinado al Ejército, de inteligencia y represión de la dictadura brasileña.

Dilma se mostró muy irritada por la comparación. No hay ninguna similitud. Yo estuve en el DOI-Codi. Se lo que es el DOI-Codi y les aseguro que está tan lejos de la embajada brasileña en La Paz como el cielo del infierno.