

A partir del 1 de julio de 2025, entrará en vigencia una nueva "ley de responsabilidad" en Virginia, que incluye multas de hasta $2,500 dólares y penas de prisión de hasta un año para quienes infrinjan una norma aparentemente simple, pero crítica: prestar el auto a menores sin licencia válida.
Alerta para la licencia de conducir: multan a todos los conductores y pasajeros que no respetan este requisito básico
¿Qué establece la nueva ley de tránsito?
Impulsada por la Cámara de Delegados de Virginia y avalada por el gobernador tras ser aprobada en enero, la nueva legislación refuerza las restricciones de edad y responsabiliza directamente a los dueños de vehículos.

Concretamente, será considerado un delito de Clase 1 permitir que un menor sin licencia conduzca un auto, incluso si el propietario no estaba presente en el momento de la infracción. También se sancionará a quienes autoricen a adolescentes con permisos de aprendizaje a manejar si saben que estos planean violar la ley.
Multas y penas para las personas que no cumplan la nueva norma de tránsito
Las consecuencias legales para quienes no cumplan con la norma serán severas:
Multas de hasta $2,500 dólares
Hasta 12 meses de prisión
Antecedente penal por delito menor de Clase 1
El caso que lo cambió todo: la historia de Tammy McGee
La ley fue motivada por una tragedia: en 2019, Joseph "Gweedo" Guido, un adolescente sin licencia, murió en un accidente. Su madre, Tammy McGee, transformó ese dolor en acción, fundando la Gweedo Memorial Foundation y colaborando con legisladores en iniciativas para aumentar la educación y seguridad vial de jóvenes.
Desde entonces, logró avances clave como la ley que exige la participación de los padres en la formación de conductores adolescentes y el uso obligatorio del cinturón en estacionamientos escolares.

¿Qué deben hacer los conductores?
Las autoridades recomiendan extremar los cuidados si un menor utiliza el vehículo familiar. A partir de julio, no solo el conductor podrá ser penalizado, sino también el titular del auto, lo que obliga a una mayor supervisión por parte de padres y adultos responsables.
"Tal vez con este cambio legal, los padres digan: ‘No vamos a permitir que esto ocurra'. Y eso podría salvar vidas", afirmó McGee.













