

Un movimiento sin precedentes ha encendido las alarmas en el Caribe: el despliegue de buques de guerra estadounidenses en aguas venezolanas ha provocado una respuesta inmediata del gobierno de Nicolás Maduro. En un acto que el régimen describe como una demostración de soberanía, miles de civiles venezolanos -incluidos funcionarios y jubilados- se han sumado a la milicia bolivariana para enviar un mensaje claro a Washington: el pueblo no se dejará intimidar.
Este escalamiento se produce en un contexto de gran incertidumbre, avivando los temores de que un pequeño ataque táctico de EE.UU. pueda derivar en un conflicto regional más amplio.
¿De dónde viene la rivalidad entre Venezuela y Estados Unidos?
La historia de la tensión actual se remonta a 2017, cuando la administración de Donald Trump evaluó una intervención militar en Venezuela. Sin embargo, el reciente despliegue de la fuerza naval se ha justificado con una nueva estrategia.
El Gobierno estadounidense ha designado a dos grupos criminales venezolanos como organizaciones terroristas. La primera, el Tren de Aragua, fue etiquetada como "organización terrorista internacional patrocinada por el estado". La segunda, el Cartel de los Soles, habría sido designada con Maduro a la cabeza.
Tras estas designaciones, se firmó una directiva secreta que autoriza al ejército estadounidense a usar la fuerza contra estas bandas. Aunque una invasión a gran escala parece improbable, el despliegue de buques de guerra podría ser un movimiento para presionar a Venezuela a tomar medidas más activas contra el tráfico de drogas. De hecho, desde la llegada de los buques, Venezuela ha enviado tropas a su frontera con Colombia y ha incautado una cantidad significativa de drogas.

Este despliegue naval también podría interpretarse como una advertencia a Venezuela para que no invada el territorio de Guayana, una región rica en petróleo.
Sin embargo, el peor escenario posible sería una guerra indirecta, especialmente considerando las fuertes inversiones que Rusia y China han hecho en Venezuela.
Es posible que se desate una guerra
La presencia de la marina estadounidense podría ser una estrategia de Donald Trump para asegurar una victoria en política exterior, logrando que Maduro "ceda a sus demandas" en materia de seguridad. El futuro de la situación es incierto y dependerá de los próximos movimientos de Maduro y de hasta qué punto la administración de Trump esté dispuesta a escalar el enfrentamiento.
Sin embargo, el peor escenario posible sería una guerra indirecta, especialmente considerando las fuertes inversiones que Rusia y China han hecho en Venezuela. Expertos coinciden en que una invasión total es poco probable, ya que sería un conflicto costoso y prolongado que carecería de apoyo regional.











