

En medio de crecientes tensiones geopolíticas que aumentan las especulaciones sobre una Tercera Guerra Mundial, el pasado 4 de septiembre Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que se oficializa una alianza comercial con Japón.
Según lo especifica el escrito, este acuerdo tiene como finalidad sentar las bases para "una nueva era de relaciones comerciales entre Estados Unidos y Japón basadas en principios de reciprocidad e intereses nacionales compartidos".
Así, en línea con las nuevas condiciones arancelarias para ambos países, el acuerdo promete "fortalecer la base industrial manufacturera y de defensa de Estados Unidos".

La alianza más temida está consolidada y estas son las bases
Entre los puntos destacados del acuerdo se encuentra que Estados Unidos aplicará un arancel básico del 15% a casi todas las importaciones japonesas y tendrá tratos diferenciales para la industria automotriz, aeroespacial, farmacéutica y para aquellos recursos naturales que no están disponibles en el país o no se producen de manera natural.
Japón acordó a su vez aumentar en un 75% su compra de arroz a Estados Unidos, así como también de otros productos agrícolas clave, con una inversión pautada de 8 mil millones de dólares al año. Además, se acordó la compra de aviones comerciales y vehículos estadounidenses.
Esta alianza también implica que el gigante asiático compre equipos de defensa manufacturados por Estados Unidos, un acto que consolida su unión en materia de seguridad internacional.
La inversión total acordada de Japón en Estados Unidos es, de acuerdo con las cifras oficiales compartidas, equivalente a 550 mil millones de dólares.

Estados Unidos y Japón: una alianza militar que apuesta por más
Posterior a este acuerdo y en un marco de relaciones cada vez más estrechas, Estados Unidos y Japón dieron inicio el jueves a Resolute Dragon, una serie de ejercicios que ponen en práctica un sistema de misiles lo suficientemente poderoso como para alcanzar China continental.
Estas prácticas militares reúnen los misiles Typhon y NMESIS de Estados Unidos con los tierra-tierra Tipo 12 de Japón, con el fin de "proteger vías fluviales críticas, defender terrenos clave y proyectar energía desde tierra", según destacaron las autoridades.
La introducción de misiles Typhon al Pacífico -que pueden utilizarse tanto contra otros misiles balísticos, dentro de la defensa marítima o incluso para protección aérea- representa una "amenaza sustancial" para China.
"Estados Unidos y Japón deben respetar las preocupaciones de seguridad de otros países y no deben introducir el sistema de misiles de alcance intermedio ‘Typhon'", había señalado Guo Jiakun, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Si bien las autoridades estadounidenses aseguraron que no existe intención de iniciar un conflicto con China, también ratificaron sus intereses en el Pacífico y prometieron protegerlos contra cualquier amenaza.














