En esta noticia

Japón da un paso histórico en la carrera global por el recurso más codiciado de China: los minerales de tierras raras, esenciales para tecnología de punta. En enero de 2026, comenzará la primera extracción de estos elementos desde un depósito submarino, con un proyecto pionero liderado por la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina-Terrestre (JAMSTEC).

Mientras China controla la mayor parte del mercado mundial, Japón planea recuperar minerales clave desde las profundidades del Pacífico, cerca de la isla de Minami-Torishima.

La operación utiliza el buque científico Chikyu y busca recolectar lodo rico en tierras raras a más de 5.000 metros bajo el mar, posicionando a Japón como un inesperado competidor en la guerra comercial.

¿Por qué Japón desafía a China por el recurso más codiciado?

El dominio de China sobre las tierras raras marcó la economía global durante años, ya que estos minerales son vitales para vehículos eléctricos, electrónica avanzada y energía limpia. Sin embargo, Japón identificó reservas submarinas que podrían cambiar el equilibrio de poder en este mercado estratégico.

Se estima que la zona alrededor de Minami-Torishima alberga unas 16 millones de toneladas de estos minerales, incluyendo disprosio y gadolinio, esenciales para imanes de motores eléctricos y controles nucleares. Si el proyecto tiene éxito, Japón podría reducir su dependencia de China y fortalecer su industria tecnológica.

¿Cómo será la extracción y qué impacto tendrá en la guerra comercial?

El operativo japonés consiste en bajar una tubería especial a más de 5.500 metros de profundidad para recolectar 35 toneladas de lodo del lecho marino. Este será transportado a la isla principal para su procesamiento, con la expectativa de extraer alrededor de 2 kilos de tierras raras por tonelada de lodo.

La extracción exitosa de estos recursos no solo desafía el liderazgo chino, sino que también podría redefinir las relaciones comerciales en Asia y el resto del mundo. Japón espera utilizar estos minerales en el sector privado a partir de 2028, marcando un hito en la competencia global por el recurso más codiciado de China.