

Un estudio científico pone en alerta a las 28 ciudades más pobladas de Estados Unidos develado que comparten una alarmante característica común: todas ellas se están hundiendo.
Si bien el aumento en el nivel del mar de las ciudades costeras es una preocupación, muchas otras del interior también parecen estar hundiéndose.
Asimismo, el estudio demuestra que ciertas urbes se están hundiendo en ritmos diferentes y que, en ciertos casos, esto está sucediendo en algunos lugares mientras que en otros el terreno se eleva, lo que puede representar un serio problema para los edificios y estructuras.

Alerta para Estados Unidos: un estudio evidenció que sus ciudades más pobladas se están hundiendo
"A medida que las ciudades continúen creciendo, veremos que mayor cantidad se expanden hacia regiones que se hunden", explicó Leonard Ohenhen, autor principal del estudio e investigador postdoctoral de la Escuela del Clima de Columbia. "Con el tiempo, este hundimiento puede producir tensiones en la infraestructura que superarán su límite de seguridad", advierte.
De acuerdo con lo explicado por un artículo de la Escuela de Clima de Columbia, aproximadamente unos 34 millones de personas actualmente residen en las zonas afectadas.
Houston -ciudad de Texas- es la ciudad que más alarma a los expertos, pues un 40% de su superficie se hunde a más de 5 milímetros por año y el 12% del territorio se hunde al doble de esta tasa. Fort Worth y Dallas también causan preocupación.
Además, investigaciones anteriores constataron que el peso de los edificios agrava la situación para territorios como Nueva York.

La advertencia de los expertos para Estados Unidos
De acuerdo con los expertos, muchas de las inundaciones pueden mitigarse con la elevación de tierras, la implementación de sistemas de drenaje mejorados, como por ejemplo humedales artificiales que faciliten la absorción de aguas de las inundaciones.
En el caso de las ciudades con problemas de hundimiento irregular, los expertos indican que al clave es la modernización de las estructuras, considerar los movimientos del terreno al momento de construir, así como limitar la construcción en las zonas amenazas.
"En lugar de simplemente decir que es un problema, podemos responder, abordar, mitigar, adaptarnos", afirmó Ohenhen. "Tenemos que buscar soluciones"











