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La administración de Donald Trump avanza con una de las reformas más profundas en materia migratoria.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) planea implementar una norma que ampliará drásticamente la recopilación de datos biométricos de extranjeros que ingresen, residan o soliciten beneficios migratorios en Estados Unidos.

Trump impone un nuevo requisito para acceder a la visa: llega la era del control biométrico

La iniciativa se enmarca en la estrategia de la administración Trump para aumentar las expulsiones y detenciones de extranjeros, priorizando el uso de tecnología para monitorear las entradas y salidas del país.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que el fortalecimiento del sistema biométrico permitirá “identificar y rastrear con precisión a quienes representen un riesgo para la seguridad pública”.

Hasta ahora, la entrega de información biométrica estaba limitada a huellas digitales y fotografías, pero la nueva propuesta incluye escaneos faciales, de iris y pruebas de ADN. Según el DHS, el objetivo es identificar con mayor precisión a los solicitantes de visas y reforzar la detección de fraudes documentales y relaciones familiares falsas.

La medida elimina las excepciones por edad, lo que significa que menores de 14 años y adultos mayores de 79 también deberán proporcionar su información genética y biométrica al momento de sus trámites.

“En algunos casos, la recolección de ADN puede ayudar a establecer vínculos familiares cuando no se dispone de otra documentación, como certificados de nacimiento”, explicó Morgan Bailey, exfuncionario del DHS.

Atención inmigrantes: qué datos recolectará el Gobierno y cómo los usarán

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) será el encargado de administrar el nuevo sistema. En los formularios de solicitud se especificará que la información incluirá huellas dactilares, ADN, voz y reconocimiento facial.

Además, los registros serán centralizados, de modo que cada individuo cuente con un perfil biométrico único, independientemente del tipo de visa o trámite. Esto implica que los datos podrán reutilizarse en futuros procesos migratorios o investigaciones de seguridad nacional.

Según el documento preliminar, la norma busca “mejorar la eficiencia operativa” y “fortalecer la integridad del sistema migratorio”.

Una política que genera inquietud

Si bien el Gobierno argumenta que la medida reforzará la seguridad fronteriza y acelerará los procesos de verificación, defensores de los derechos civiles advierten sobre el riesgo de crear una “base de datos genética masiva” de personas no ciudadanas.

Organizaciones como la American Civil Liberties Union (ACLU) ya adelantaron que podrían impugnar la norma si se aprueba en su formato actual, alegando una invasión a la privacidad y una posible discriminación contra comunidades migrantes.

Cuándo se implementará el nuevo control

El DHS mantendrá abierta una etapa de comentarios públicos hasta el 2 de enero de 2026, antes de implementar el reglamento de forma definitiva. Durante ese tiempo, se revisarán las observaciones de expertos, organizaciones y ciudadanos para ajustar los criterios de privacidad y protección de datos.