En esta noticia

El pasado jueves 8 de mayo el estadounidense y peruano Robert Francis Prevost se convirtió en el 267º Obispo de Roma luego de que el Cardenal Protodiácono Dominique Mamberti pronunciará la famosa frase: habemus Papam.

En su primer discurso como Sumo Pontífice, el agustiniano instó a todos los fieles del mundo a "construir puentes con el diálogo y el encuentro", en vistas a que esta nueva era de la Iglesia Católica se caracterice por la "ausencia de miedo" y por ser "abierta a todos".

En este marco, en su homilía del domingo ahondó sobre la importancia de una misión en particular -que después repetiría en su audiencia con representantes de diversos medios de comunicación- y que considera esencial para la iglesia "de puentes" que anticipó al asumir su pontificado en el balcón del Vaticano.

La misión que el papa León XIV encomendó a todos los fieles

El Sucesor de Pedro aseguró que el paso previo a la construcción de cualquier tipo de puente es "saber escuchar".

"Es necesario saber escuchar para no juzgar, para no cerrar las puertas pensando que tenemos toda la verdad y que nadie más puede decirnos nada", ahondó al referirse no sólo a la Palabra de Dios sino también la del otro, pues ahondó en que es una acción esencial para "entrar en diálogo".

La necesidad de comunicación ha sido uno de los aspectos en los que más ha enfatizado desde su asunción; y Prevost la define no sólo como la transmisión de información, sino como la creación de cultura y nuevos entornos tanto humanos como digitales.

"Hoy en día, uno de los retos más importantes es promover una comunicación capaz de sacarnos de la «torre de Babel» en la que a veces nos encontramos, de la confusión de lenguajes sin amor, a menudo ideológicos o sectarios", explicó en su reciente encuentro con periodistas, llevado a cabo en el Aula Paulo VI.

El papa León XIV dice que la Iglesia Católica deberá afrontar este desafío

En línea con esta misión, Prevost aseguró en su audiencia que la iglesia "debe aceptar el reto del tiempo", señalando que la comunicación tendrá un rol central en este camino.

Recordó entonces las palabras de San Agustín, que afirman: "Vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos" (Sermón 311).

"Una comunicación desarmada y desarmante nos permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de forma coherente con nuestra dignidad humana", aseguró pidiendo que, sin importar edades o roles sociales, se trabaje en una comunicación libre de "todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio".