

Recibir la noticia de que tu tarjeta de crédito fue cancelada puede ser desconcertante. Para muchos usuarios, esta herramienta es indispensable no solo para cubrir emergencias, sino también para sostener un historial crediticio positivo. Sin embargo, los bancos y emisores aplican políticas estrictas que pueden derivar en el cierre repentino de una cuenta.
Motivos más comunes por los que cancelan una tarjeta
La cancelación de una tarjeta casi nunca ocurre al azar. Existen razones frecuentes que explican por qué un emisor decide dar de baja una cuenta:

Falta de pago: dejar de abonar la cuota mínima durante varios meses provoca que la cuenta se considere en mora, dañando seriamente el puntaje crediticio.
Superar el límite de crédito: utilizar más dinero del permitido puede interpretarse como un signo de riesgo financiero.
Inactividad prolongada: si la tarjeta no registra consumos durante 6 a 24 meses, la entidad puede cerrarla automáticamente.
Caída del puntaje crediticio: una baja brusca en la calificación puede llevar a que el emisor considere al cliente como riesgoso.
Sospechas de fraude: movimientos extraños, como compras en lugares inusuales o retiros elevados, pueden derivar en un cierre preventivo.
Cómo evitar la cancelación de una tarjeta de crédito
Aunque perder una tarjeta puede generar incertidumbre, existen medidas simples que ayudan a prevenir cierres inesperados:
Realizar al menos una compra pequeña al mes para mantener la tarjeta activa.
Pagar puntualmente, incluso si solo se abona el mínimo.
Cuidar el nivel de deuda y no sobrepasar el límite asignado.
Revisar periódicamente el puntaje crediticio para detectar descensos.
Establecer alertas de seguridad que permitan confirmar movimientos inusuales.
¿Se puede recuperar una tarjeta cancelada?
En algunos casos, es posible reabrir una tarjeta de crédito cerrada, sobre todo si la cancelación fue por inactividad o a pedido del cliente. Para lograrlo, conviene contactar al banco en un plazo de 30 a 60 días desde el cierre.
Sin embargo, cuando la cancelación se debe a morosidad, incumplimientos graves o fraude, las probabilidades de recuperar la cuenta son menores. En estos casos, lo recomendable es buscar alternativas con otras entidades y enfocarse en reconstruir el historial crediticio.















