No fue Cristobal Colón: descubren a la civilización olvidada que llegó 200 años antes a América y cómo fue el gran engaño español
Este descubrimiento histórico promete ser solo el comienzo de una serie de investigaciones que podrían revelar una conexión mucho más rica entre los pueblos de América y las islas del Pacífico.
Un reciente estudio ha revelado un hallazgo sorprendente que podría reescribir los libros de historia. Científicos han encontrado evidencia de que la civilización rapanui, originaria de la Isla de Pascua, llegó al continente americano 200 años antes que Cristóbal Colón.
Este descubrimiento no solo desafía las teorías tradicionales sobre la llegada europea, sino que también arroja luz sobre el manejo sostenible de recursos y las conexiones ancestrales entre los pueblos del Pacífico y América.
¿Cuál es la eran la civilización que llegó antes que Colón a América?
La civilización rapanui, conocida por los icónicos moáis de Isla de Pascua, ha sido objeto de numerosos estudios. Sin embargo, investigaciones recientes publicadas en Nature y Science Advances han cambiado la percepción sobre su historia.
Utilizando análisis genéticos y tecnología avanzada, los expertos determinaron que los rapanui mantuvieron una población estable, no mayor a 4.000 personas, gracias a una gestión eficiente de los recursos y al uso innovador de técnicas agrícolas como los "jardines de piedra". Estos jardines, diseñados para enriquecer el suelo y conservar la humedad, cubrían áreas mucho más pequeñas de lo que se pensaba previamente, lo que refuerza la hipótesis de una coexistencia sostenible con su entorno.
No fue Cristobal Colón: los primeros en descubrir América
Un análisis del genoma de individuos rapanui que vivieron entre los siglos 17 y 20 mostró rastros de interacciones con nativos americanos anteriores al contacto europeo. Según los investigadores, esto indica que los rapanui podrían haber llegado al continente mucho antes que los españoles, estableciendo vínculos comerciales o culturales con los pueblos indígenas.
Este hallazgo desafía la narrativa tradicional que presenta a Colón y los europeos como los primeros en conectar América con otras partes del mundo. Además, pone en tela de juicio las teorías sobre el supuesto colapso ecológico de la civilización rapanui, mostrando en cambio una historia de resiliencia y adaptación en uno de los entornos más inhóspitos del planeta.