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El descubrimiento de nuevas especies ha sido un tema de fascinación científica a lo largo de la historia, ya que permite profundizar en el conocimiento sobre el pasado de nuestro planeta y los procesos que han dado forma a su actual biodiversidad.
En este contexto, un equipo de investigadores ha encontrado recientemente en el desierto de la Tatacoa en Colombia los restos de una criatura "del terror", que según los expertos, podría ser la más grande de su tipo. Este hallazgo proporciona información valiosa sobre la historia de la vida animal en la Tierra.
¿Cuál es la inquietante criatura que descubrieron los científicos?
A principios de 2024, los investigadores utilizaron un escáner portátil para crear una representación 3D del ave, lo que permitió al equipo realizar un análisis de mayor complejidad. El equipo, liderado por Federico J. Degrange, especialista en aves del terror -una familia de aves gigantes y carnívoras que habitaron antiguamente América del Sur- estudió los restos del hueso de la pata de un ejemplar de este tipo, cuyo tamaño indica que podría tratarse del más grande conocido hasta el momento. El artículo se publicó recientemente en Paleontology.
Así, el fósil pertenece al extremo de una de las patas del ave (tibiotarso izquierdo) y se estima que tiene aproximadamente 12 millones de años. Cabe destacar que, si bien el fósil fue encontrado hace casi 20 años, se lo reconoció como parte de estas aves recién en 2023. Los científicos llegaron a la conclusión de que este ejemplar pudo haber sido entre un 5% y un 20% más grande que los conocidos.

¿Qué significa este descubrimiento científico?
El descubrimiento de un fósil de este tipo en Colombia resalta la amplia presencia de este devorador en la región, dado que la mayoría de los fósiles de esta especie se han identificado en el sur del continente. Este hallazgo es significativo para la comprensión de la distribución geográfica de estas criaturas en épocas pasadas.
Además, se trata de un avance que enriquece el conocimiento científico sobre la región hace 12 millones de años.
Por lo tanto, se abre un nuevo campo de investigación que no solo abarca las particularidades y los fósiles de esta ave que aún deben ser identificados, sino también el ecosistema en el que coexistieron millones de años atrás.













