Arrancó el 1 de octubre una huelga de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA por sus siglas en inglés) en los puertos de la costa este de Estados Unidos. La medida de fuerza que es llevada a cabo por 45.000 trabajadores, podría tener repercusiones negativas para la economía estadounidense y global.

Los trabajadores portuarios, desde Maine hasta Texas, comenzaron a formar piquetes a primera hora del martes en una huelga por los bajos salarios y la automatización de procesos que podría reavivar la inflación y provocar escasez de mercancías si se prolonga más de unas semanas.

El contrato entre los puertos y unos 45.000 miembros de la ILA expiró a medianoche del lunes, y aunque se informó de avances en las conversaciones, los trabajadores se declararon en huelga.

La medida de fuerza afecta a 36 puertos y es la primera del sindicato desde 1977.

"Queremos un contrato justo que no permita la automatización de nuestros puestos de trabajo. Las compañías navieras han ganado miles de millones durante la pandemia cobrando precios elevados. Ahora queremos que nos lo devuelvan. Nos lo van a devolver", dijo Boise Butler, uno de los principales sindicalistas.

Desde el ILA anunciaron que el paro es por tiempo indeterminado.

"Esto no es algo que se empieza y se acaba. No somos débiles", añadió Butler.

La US Maritime Alliance, que representa a los puertos, declaró el lunes por la noche que ambas partes habían abandonado sus anteriores ofertas salariales. Pero no se llegó a ningún acuerdo. La primera oferta del sindicato en las negociaciones era un aumento salarial del 77% a lo largo de los seis años de vigencia del contrato.

Su presidente, Harold Daggett, dijo que era necesario para compensar la inflación y los años de pequeños aumentos. Asimismo, destacó que "los miembros de la ILA cobran un salario base de unos u$s 81.000 dólares al año, pero algunos pueden llegar a cobrar más de u$s 200.000 con grandes cantidades de horas extraordinarias".

La huelga se produce pocas semanas antes de las elecciones presidenciales y podría convertirse en un tema controvertido si hay escasez. Minoristas, proveedores de piezas de automóviles e importadores de productos agrícolas esperaban un acuerdo o que el presidente Joe Biden interviniera y pusiera fin a la medida de fuerza aplicando la Ley Taft-Hartley, que le permite solicitar un periodo de reflexión de 80 días.

Datos salientes

- Pérdidas económicas significativas: se estima que las pérdidas ascenderían a u$s 5000 millones por día

- Movilización laboral: aproximadamente 45.000 trabajadores.

- Expansión de la huelga: otros puertos podrían unirse a esta protesta, intensificando el impacto.

- Sistema interconectado de navieras: dado que el transporte marítimo opera como un sistema integral, las repercusiones no solo afectarían a Estados Unidos, sino que impactarían a todo el ecosistema de puertos y navieras a nivel mundial.

- Afectación global: la paralización de estos puertos, que gestionan el 60% de los contenedores del país, podría desestabilizar las cadenas de suministro internacionales.

- Sobrecostos logísticos: la situación generaría incrementos significativos en los costos de transporte.

- Escasez de inventario: la falta de productos podría complicar la preparación para la temporada navideña.

- Congestión en puertos de la costa oeste: se anticipa un aumento en la congestión en estos puntos, lo que agravaría la situación.

- Retrasos en la automatización portuaria: la huelga podría frenar los avances en la automatización de los puertos, impactando la eficiencia logística.

- Incremento en costos de transporte aéreo: la presión adicional sobre el transporte aéreo provocaría aumentos en los costos asociados.