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Para quienes sufren de problemas de salud mental, la terapia de los cielos oscuros podría representar una alternativa efectiva y natural, según una investigación científica.

Un estudio reciente destaca que reconectar con los ciclos naturales de luz y oscuridad puede ser clave para restaurar la salud del cerebro. ¡Conocé cuáles son sus beneficios!

¿Cuáles son los beneficios de la terapia de los cielos oscuros?

La terapia de los cielos oscuros ofrece múltiples beneficios para la salud física y mental al reducir la exposición a la luz artificial y reconectar con la oscuridad natural.

Uno de los principales efectos es la estimulación de la glándula pineal, que en ausencia de luz emite melatonina, una hormona fundamental para mejorar el sueño, proteger contra el estrés oxidativo y favorecer la reparación celular del organismo.

Además, estudios recientes publicados en Journal of Environmental Psychology indican que esta práctica puede reducir la inflamación, aliviar la ansiedad y mitigar síntomas de depresión.

Pasar tiempo en entornos oscuros también despierta una sensación de asombro y maravilla, lo que ayuda a reducir el estrés y fomenta la liberación de oxitocina, conocida como la "hormona del amor", que potencia las emociones positivas, según afirma Ruskin Hartley, director ejecutivo de Dark Sky International.

En el plano psicológico, la oscuridad favorece la concentración, la creatividad y la relajación. Desde la antigüedad, las personas encontraron en espacios oscuros y tranquilos, como templos o santuarios, un refugio para la introspección y la conexión espiritual.

Incluso en la vida cotidiana, actividades como observar un cielo estrellado o disfrutar de un ambiente sin luces intensas pueden ser profundamente revitalizantes.

En esencia, esta terapia no solo combate los efectos negativos de la contaminación lumínica, sino que también ofrece una oportunidad para reconectarnos con los ciclos naturales y encontrar un equilibrio entre cuerpo y mente.

¿Cómo practicar la terapia de los cielos oscuros?

Adoptar la terapia de los cielos oscuros no requiere grandes cambios, pero sí ciertos ajustes en la rutina diaria para reducir la exposición a la luz artificial y aprovechar los beneficios de la oscuridad natural. Acá te dejamos algunas recomendaciones simples para implementarla:

  • Apagá las luces que no usás: evitá tener encendidas más luces de las necesarias por la noche y, si podés, usá lámparas con luz cálida o regulable.

  • Oscurecé tu cuarto para dormir mejor: colocá cortinas blackout o usá un antifaz para bloquear la luz externa y evitá mirar pantallas antes de acostarte.
  • Disfrutá de la naturaleza de noche: salí a lugares alejados de la ciudad donde puedas mirar las estrellas y disfrutar del silencio.

  • Armá una rutina nocturna tranquila: incorporá actividades relajantes como meditar, hacer respiraciones profundas o leer con una luz tenue antes de irte a la cama.

  • Visitá lugares con cielos oscuros: en Argentina hay muchos destinos lejos de la contaminación lumínica, perfectos para conectar con la naturaleza nocturna.

Con estos pequeños cambios podés empezar a experimentar los beneficios de la oscuridad en tu cuerpo y tu mente, y disfrutar de noches mucho más reparadoras.