

En la Argentina, hay más de 130 cámaras empresarias, según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación. Las hay de los rubros más variados, nacionales y regionales, pero comparten un mismo objetivo: asesorar a sus integrantes y promover políticas favorables para su actividad. Durante las últimas décadas, se convirtieron en actores con fuerte peso a la hora de negociar con los organismos estatales y los sindicatos. "La idea surge con el crecimiento del sector y la necesidad de unirse para pelear por la consolidación de esta industria en la Argentina, de enfrentar problemáticas comunes", cuenta Norberto Fermani, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Ópticas y afines (Cadioa), fundada en 1974, que nuclea a 53 firmas de las cerca de 90 que conforman el sector. Es la única de su rubro a nivel nacional y representa a pymes y grandes fabricantes de estuches, lentes de sol, armazones para anteojos de receta, anteojos de seguridad industrial, lentes de contacto y lentes oftálmicas.
En ese mismo sentido, la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA) se creó para unir fuerzas, define su presidente Daniel Donikián. Creada en 1935, agrupa a 220 fabricantes nacionales de carteras, portafolios, bolsos, cinturones, billeteras, artículos de viaje, guantes de vestir, talabartería, monturas, ropa de cuero, guantes industriales y productos fabricados en cuero o materiales sintéticos afines. "Al principio, los tres objetivos que se tenían era el financiamiento, los salarios de los trabajadores y el abastecimiento del cuero. Hoy, somos signatarios de todos los convenios colectivos relacionados con el sector. Peleamos por remuneraciones acordes a la realidad del sector y sumamos la visión comercial: hoy estamos trabajando para posicionarnos en redes sociales y desarrollamos una plataforma de ventas online".
Las cámaras se multiplican para hacer valer el concepto de que el todo no es igual a la suma de las partes. Estos conglomerados buscan reunir recursos y experiencias para fortalecer la posición del conjunto. "CESSI procura crear valor agregado argentino hacia el mundo, colaborar en la reducción de la brecha digital y el desarrollo de la sociedad", dice Blas Briceño, secretario de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi), que asocia a más de 400 firmas del sector.
En 1990, cuando se reunió con su predecesora, la Cámara de Empresas de Software, se constituyó como la primera asociación empresarial del sector en abrir sus puertas en la Argentina. "Es una organización sin fines de lucro que nuclea a las empresas y entidades regionales dedicadas al desarrollo, producción, comercialización e implementación de software y todas las variantes de servicios en todo el ámbito de la República Argentina", asegura.
Por su parte, la Cámara de la Madera (Camanda) fue creada el 2 de julio de 1903 cuando un grupo reducido de propietarios de aserraderos y corralones de madera realizó por primera vez una reunión para cambiar ideas "con el propósito de defender y mejorar los intereses del gremio". De allí surgió la Sociedad de Aserraderos y Corralones de Madera, cuna de la mayoría de las empresas del ramo y reunió a la casi totalidad de ellas, como explica su gerente Comercial, Daniel Lasalle. Hoy, agrupa a más de 77 productores forestales, aserraderos, comercializadores de maderas y sus derivados y a fabricantes de productos para la preservación y el embellecimiento de la madera. "El objetivo es difundir el uso de la madera y sus derivados y reposicionarla como un material noble, rentable y confiable", asegura.
Más allá de los desafíos, la mayoría de cámaras nació con un objetivo por el cual luchar: en el caso de Cadioa, por ejemplo, el de combatir el flagelo de la industria de lentes truchos, cuya venta se generalizó en la vía pública y otros locales; en cambio, la Cámara Argentina de la Industria del Sweater nació en 2002 para resolver el problema de la importación desmedida de mercadería a precios irrisorios a causa de una subfacturación. "Armamos precios de referencia: en el caso de importar por debajo de ese precio, se pagan impuestos por el precio de referencia", apunta Andrea Anzalone, de Polen Sweaters, una de las empresas promotoras, con la compañía Tricofix, de la formación de la cámara que reúne a 51 firmas del rubro. Gracias a la protección lograda, Polen pudo crecer en un volumen del 500%.
La suma de las partes
"La cámara desarrolla ideas, iniciativas, renovándose y asociándonos para poder participar en grupo y trabajar unidos", propone Roberto Fontenla, presidente de Mobiliarios Fontenla y presidente de la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (Cema). Desde hace más de 100 años, reúne a 220 empresas. "Organizamos talleres, encuentros con economistas y especialistas en distintas áreas de nuestro rubro. A veces, elevamos algún petitorio por temas que están perjudicando al gremio. La unión de las empresas hace que puedan estar representadas. Formar parte de la cámara nos ayuda a defender los intereses comunes". Cuando tienen problemas para importar determinado producto, por caso, el trabajo de la cámara permite destrabar esas situaciones. "Pertenecer a la cámara nos ayuda a fortalecer al sector y nuestra industria", dice.
"El trabajo conjunto permite un mejor diálogo con los gobiernos, más posibilidades comerciales, redice los problemas laborales y abre el intercambio de información", coincide Donikián. A partir de su vinculación con el gobierno, Cima consiguió que la marroquinería fuera uno de los primeros sectores incluidos en el Plan Estratégico Industrial 2020, es parte del programa de estímulo al consumo Ahora 12 y sus problemáticas están siendo analizadas, también como uno de los primeros sectores, por el Observatorio de Precios de la Secretaría de Comercio de la Nación.
En 2010, crearon la Escuela de Marroquinería de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y afines de la República Argentina, la primera con sus características en el país con el objetivo de ahorrar al socio el trabajo de formar gente nueva y generar una herramienta de inserción laboral para los trabajadores. La escuela formó a 1.200 personas.
La CESSI, por su parte, logró la creación de un Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos, un espacio para emprendedores llamado Bridge IT y la promoción de la oferta de productos y servicios de tecnología informática en el exterior a partir de la organización de misiones comerciales y la apertura de oficinas, a través de la Red Argentina IT.
Anzalone volvió de una misión institucional a Corea que realizó junto con la Fundación ProTejer: "Ese país es un ejemplo de cómo las asociaciones empresarias, junto con un Estado enfocado y decidido a desarrollar su industria, lograron resultados increíbles". A través de la cámara, Polen Sweaters participó de ferias internacionales y predios de logística y de distribución. "Estas acciones son irrealizables en forma individua. Necesitan de un trabajo en equipo en serio. Son cosas fáciles de decir pero difíciles de hacer. Intentarlo es la tarea", puntualiza Anzalone.
El valor de la confianza
Pero, ¿qué pasa cuando quienes comparten espacios de trabajo y discusión son, al mismo tiempo, los principales competidores de una empresa? Las firmas y cámaras consultadas tienen una afirmación rotunda: los beneficios superan altamente a las posibles consecuencias. Todas prefieren tomar el riesgo. "Las sociedades civilizadas están organizadas en base a instituciones: clubes, partidos políticos y sindicatos. Es desde allí donde se desarrollan actividades para que el contexto donde se dan los negocios mejore sus condiciones. Solos no podríamos trabajar en el ingreso de mercadería al país, en el debate de paritarias, no tendríamos fuerza para discutir el precio de las materias primas", asegura Donokián.
"El riesgo de que te copien no se modifica por participar en una cámara. Al contrario, se minimiza, ya que en la cámara debatimos estas cuestiones. La confianza se gana con el tiempo y el diálogo", explica Fermani. Asimismo, Briceño afirma: "Compartimos información de negocio en forma abierta porque las posibilidades de desarrollo son mucho más grandes que los potenciales conflictos de competencia".
Y por si quedaba alguna duda, Anzalone concluye: "En la cámara se busca un bienestar para el conjunto, lo que podemos llamar ¿Cómo hago para agrandar la torta?. Si la torta es más grande, segura cada uno va a recibir más".














