En la ciudad de Rosario, cuando se necesita comprar un artículo para el hogar, hay un paseo que todos los consumidores conocen. La calle Maipú aglutina a las marcas del sector más grandes a nivel nacional y a otras cadenas regionales. Pero lo que pocos consumidores saben es que ese polo comercial se gestó en torno a un histórico del barrio: Ortiz y Ortega. Y aún un número más chico de clientes imaginan, que detrás de esta firma rosarina con 20 empleados, una mujer lleva los pantalones, desde hace 30 años. Marcela Ortega, presidente y CEO de Ortiz y Ortega, reconoce que le apasiona ser parte de una empresa familiar.
La empresa tiene 65 años. "Es como tener la mejor tabla de surf, pero de repente aparecen las motos de agua. Sin embargo, hoy hay nietos de nuestros primeros clientes que nos siguen eligiendo", asegura la presidenta de la empresa con la que espera facturar $ 30 millones este año.
Para la empresaria, situaciones como el Mundial y un calor que se hace sentir desde estos días alientan las ventas de su cadena, que, aunque no se anima a soltar una cifra, asegura que se incrementaron en cantidad de unidades, a pesar de la crisis.
Ortiz y Ortega suma otros hitos a su carrera. Además de fomentar la instalación de un polo de locales de artículos para el hogar y electrónica en torno a su sucursal, en base a un estudio que encargó la firma, es el local con mayores ventas por m2 en su rubro y tiene algo más del 4% de todas las ventas de esta ciudad de más de un millón de habitantes.
Clientes y electrodomésticos
"Tuve una adolescencia atípica porque a los 16 ya trabajaba en la empresa que fundó mi padre. Empecé bien de abajo e incluso, cuando estudiaba en la universidad, resignaba pasar tiempo en el bar con mis compañeros, para ir a trabajar. Siempre me gustó más estar en el local que estudiar, pero me recibí", recuerda Ortega, quien, entre las primeras revoluciones que generó, siempre con el apoyo de su padre, fue la instauración del horario corrido de ocho horas, en una ciudad acostumbrada a cortar para dormir la siesta.
"Fuimos los primeros en incorporar un sistema computarizado para llevar nuestro inventario en 1988", señala la empresaria y grafica el hecho recordando que las pantallas negras tenían letras verdes y no se podían acercar al monitor por el calor que irradiaba.
La crisis económica, política y social de 2001-2002 fue una ola difícil de surfear para las cadenas de retail. En Ortiz y Ortega redujeron la jornada laboral, pero se jactan de haber sostenido los puestos de trabajo a pesar de la brusca caída en las ventas. Pero no fue la primera crisis que enfrentó la empresaria. Ortega recuerda, que estaba embarazada de su hija (hoy estudia Administración de Empresas y piensa incorporarse al a cadena como referente de la tercera generación) y ella misma llevó un televisor valuado en 500 australes a una villa de la ciudad, porque estallaba la hiperinflación y había que vender como sea.
Paliativos para la crisis
"No tenemos miedo a la competencia sino a la incompetencia personal", dispara la CEO haciendo alusión a la llegada de las grandes cadenas de la competencia hace 20 años.
Los pasos a seguir están enfocados a continuar adaptado sus ventas a las ofertas (ver recuadro) y el desarrollando del e-commerce para crecer al menos un 10% en unidades durante 2015. "Estamos haciendo las pruebas pilotos con 50 de los 3.000 productos que ofertamos y esperamos que para marzo esté listo", adelanta la emprendedora, que sólo en septiembre, recorrió más de 5.000 kilómetros por el país para participar de conferencias y capacitaciones.
Ficha - Fundación: 1949
- Empleados: 20
- Facturación 2014 (proyectada): $ 30 millones
