El sector agroindustrial es tal vez la única actividad de la economía argentina en la que las señales de la política económica y su correlato en medidas concretas se traducen rápidamente en inversiones, que terminan en mayor volumen producido de granos y subproductos como harina, aceite y pellets. En un plazo de sólo seis meses, el agro puede incrementar el ingreso de dólares al país, necesarios para que toda la economía funcione.
La última semana de septiembre hubo un botón de muestra con la suspensión temporal de derechos de exportación (retenciones) a los granos y derivados, bajándolas a cero hasta el 31 de octubre, a través del decreto 682/25 publicado el lunes 22 en el Boletín Oficial, y estableciendo un cupo de 7000 millones de dólares para obtener ese beneficio.