

En el marco de la continuidad con cambios que demanda el grueso de la sociedad argentina, era esperable este triunfo de Macri y con esta magnitud. Como apunta acertadamente el colega consultor Felipe Noguera, cuando se produce un resultado tan contundente como el de la primera vuelta, habitualmente suceden dos cosas: o el segundo se retira de la contienda, o el electorado da un gesto muy contundente en el balotaje, que es lo que ocurrió.
En el único segmento de voto de la primera vuelta donde Filmus superó en captación a Macri, es en el de Pino Solanas, quien de todos modos cedió un cuarto al actual jefe de gobierno de la ciudad. En todos los demás, en mayor o menor medida, el líder del PRO sacó ventaja, incluso entre aquellos que dicen haber votado en blanco o abstenido.
Más allá de todo el debate que se dio mediáticamente respecto a las declaraciones de Fito Páez, Aníbal Fernández y Carta Abierta, solo el 2 % dijo que hubo algún hecho en la campaña que lo hizo cambiar su voto. Es decir que mucho de lo que se habla respecto a las campañas suele tener un impacto ínfimo en la opinión pública masiva. Las cosas que más incidencia tienen son aquellas relacionadas con problemáticas cotidianas, o que afecten valores profundos. Pero no lo dimes y diretes políticos sobre un resultado electoral.
¿Hubo voto anti K? En esta materia siempre es difícil separar la incidencia de distintos factores. Si solo hubiese habido voto anti k, Macri debería haber ganado más allá del nivel de aprobación de su gestión. Sin embargo, cuando se analizan los datos de una encuesta pre electoral, surge lo obvio: la enorme mayoría de los votantes del PRO, aprueban la gestión del jefe de gobierno, al mismo tiempo que desaprueban la presidencial. En términos estadísticos significa una concomitancia de variables. De todos modos, el voto a Filmus está algunos puntos por debajo de la imagen positiva de la administración de Cristina Kirchner.
Si se lo analiza desde otro lugar, el voto a Macri es muy optimista sobre la ciudad, pero tiende a ser más pesimista sobre el país, y lo inverso sucede con Filmus.
¿Qué pasa con el voto de Macri en la presidencial? El 30 % está indeciso o seria en blanco, y el 24 % iría a Duhalde. Sin embargo, el 16 % votaría a Alfonsín, mientras que el 10 % sufragaría por Cristina Kirchner, otro 10 % por Carrió, el 6 % por Binner, y el 4 % por Rodríguez Saá. Es decir que aproximadamente el 6 % de los que votaron en la Capital va a ser un voto Macri - CK. Pero también demuestra la heterogeneidad ideológica del electorado del PRO en la segunda vuelta. Duhalde se beneficiaría más que Alfonsín con el triunfo de Macri, pero nadie lo captura mayoritariamente. Sobre todo por la estrategia que llevó adelante el oficialismo de la ciudad: apuntar a municipalizar el debate, y sin entrar en definiciones políticas innecesarias.
Macri hizo en estas últimas tres semanas lo natural: seguir con la misma línea, sin abundar en esfuerzos, y sin ayudar a instalar un debate ideológico y/o nacional. Filmus dio un golpe de timón, pasando a una campaña tranquila con el lema Buenos Aires para Todos, posicionamiento correcto, pero que debería haber utilizando desde el arranque de la campaña para la primera vuelta.
Se dio la lógica. Salvo que sucediera algo muy extraño, Macri iba a ganar holgadamente la segunda vuelta. Los casos que se salen de la lógica no son muy habituales en política.










