

Cada vez que se ven nuevas oportunidades para la Argentina en el escenario mundial, comienzo con mi visión optimista, de esperar a ver qué pasa. Creo que si cuantificara (como es mi sana costumbre) la cantidad de miles de millones de dólares que la Argentina se perdió de ganar (o de ingresar como quieran llamarlo) en estos años de la década perdida, tendría que estar llorando varios meses seguidos. Pero como siempre, trato de mirar para adelante, que en definitiva, es lo que hay que hacer, porque para allá está la esperanza del cambio, aparentemente. Y esto lo digo con resignación. No por lo que pueda venir, ni por los que puedan venir a gobernar este país que no tengo dudas que piensan diferente respecto a la importancia del sector Agroindustrial como motor de la economía de la Argentina , sino por la falta de (por ser benévolo en mis dichos) oportunismo de las autoridades argentinas en visualizar y aprovechar las oportunidades que el mundo nos dio y nos da. Es increíble que la Argentina por decisiones erróneas y sin análisis lógicos, haya perdido los mercados que perdió, o peor no ganó los mercados que podría haber ganado, en los años que más oportunidades y más condiciones el mundo nos dio. Estos escenarios si fueron y son aprovechados por nuestros países vecinos: Brasil, Uruguay, Paraguay. Perú, Colombia, y Chile además, siguen creciendo en captar negocios (agro negocios) e inversiones del mundo también. Ahora bien, es llamativo como desde el Gobierno no ven, no quieren ver, o no averiguan que el mundo real al que no queremos terminar de aceptar (o al que no nos dejan ingresar en forma natural) necesita y quiere lo que podemos producir.
Hay muchos miles de millones de dólares de países, grupos, empresas que quieren invertir en negocios Agroindustriales esperando que la Argentina de una señal de mejora o por lo menos, de mostrar interés en que vengan. ¿Cómo se hace esto? Primeramente reconociendo los problemas y comenzar caminos de solución; Ejemplo; Hay inflación, es un problemón y hay que comenzar a hacer algo. Este algo no es solamente comenzar a quitar subsidios. No. Hay muchísimos caminos para controlar la inflación. Pero en un gobierno que siempre priorizó que los argentinos puedan consumir más y no en controlar los gastos públicos, es difícil ver que esto cambie. Una vez (esto ya lo comenté), un prestigioso economista amigo me decía que mientras la inflación no supere al consumo, nada va a cambiar. Lo peligroso es cuando la inflación supera al consumo y esto, lamentablemente ya comenzó a pasar hace un tiempo. Yendo directamente al sector Agroindustrial, hoy nuevamente estamos ante una oportunidad tangible, real, y concreta: la posibilidad de aumentar el área sembrada de TRIGO en esta nueva campaña 14/15 que comienza dentro de un mes y medio. La estimación actual de siembra es de casi 4 millones de hectáreas, un 8% más que la campaña pasada. Las razones de este aumento son hectáreas que la campaña anterior fueron a Cebada, y otra vez vuelven al Trigo.
Los suelos de las zonas trigueras núcleo, como ser el SE y SO de Buenos Aires, principalmente, está con muy buena humedad. Pero la oportunidad está mirando al norte, es decir a lo que pasa en el mundo. La crisis política y social que vive Ucrania (2do productor de Trigo del mundo, después de Rusia), hará que seguramente la merma de su cosecha sea como mínimo del 30%.
Estados Unidos tiene sequías importantes de muchas zonas núcleos, y los stocks están demasiados ajustados. Los precios del cereal están más elevados que el promedio de esta época en otros años. Dónde se puede producir buen Trigo en calidad y cantidad, después de Rusia, Ucrania, Canadá y Francia? En Argentina. Ahora bien, si todo el mundo lo ve y lo sabe: ¿por qué nosotros no? Con estas condiciones mundiales, el Gobierno debería motivar y fomentar que se siembre más. Si algún iluminado pudiera entender que si se le sacan las retenciones inmediatamente al Trigo, se liberan las exportaciones (esto es quitar los ROEs en serio, sin cupos) y si dan acceso al crédito a los productores de las principales zonas trigueras, les aseguro que en 2 meses no alcanzarían las semillas de este país para sembrar seguramente 1 millón de hectáreas más. La siembra más temprana de Trigo en el país comienza a fines de Mayo, principios de Junio, y se extiende hasta fines de Julio, principios de Agosto. Estamos a tiempo de poder aprovechar al menos una de las innumerables oportunidades que el mundo nos da otra vez. Si no lo hacemos, deberemos esperar al 2015, al cambio real (de autoridades, de actitud, de visión) en todo sentido.










