Por primera vez, colectivos de origen chino impulsados a Gas Natural Comprimido (GNC) comenzarán a operar en la Ciudad. La iniciativa se enmarca en una inversión de u$s 45 millones de Grupo Metropol para reemplazar las unidades diésel de las líneas 65 y 151 por 150 buses fabricados por King Long.
La iniciativa se apoya en la decisión del Gobierno de la Ciudad de acelerar la transición hacia tecnologías más limpias. “Hace un par de años comenzó a manifestarse la necesidad de modernizar el transporte, y la Ciudad tomó la iniciativa con un esquema propio de incentivos”, explicó Eduardo Zbikoski, director de Metropol. La Ciudad reconoce un mayor valor para las unidades que reduzcan emisiones: buses eléctricos o, en esta etapa, buses a gas, una tecnología más accesible y alineada con la disponibilidad energética local.
Ese punto no es menor. La Argentina produce gas y lo seguirá haciendo en los próximos años, lo que permite una transición más rápida y con costos previsibles. Los colectivos a GNC reducen emisiones, mejoran la calidad del aire y son significativamente más silenciosos: un diésel puede llegar a 87 decibeles al acelerar, mientras que un bus a gas opera cerca de los 65. No es el estándar del eléctrico, pero representa un salto de confort urbano.
Por qué China
Metropol venía operando una de las flotas más grandes de una marca europea, pero ese fabricante decidió no producir colectivos a gas. Con la industria nacional atravesando dificultades para entregar carrocerías en volumen, la empresa comenzó a buscar alternativas internacionales. En ese proceso apareció China, con proveedores consolidados y experiencia en mercados vecinos.
King Long ofrece escala, tiempos de entrega y una tecnología madura. La fabricación de las 150 unidades se completó en apenas 16 días hábiles, y la operación argentina representa el 20% de las ventas latinoamericanas de la marca.
Infraestructura propia y cronograma de llegada
Para operar una flota a GNC, la empresa tuvo que resolver un cuello de botella: la carga. Los garajes existentes estaban pensados para diésel, por lo que Metropol adquirió una estación de servicio en Estación Sola, en Barracas, con capacidad para abastecer hasta 450 unidades.
Las primeras unidades ya están en camino. Doce llegarán en los próximos diez días y otras veinte el 10 de diciembre. El grueso de la flota arribará entre Navidad y enero, y se espera que los colectivos comiencen a circular durante los primeros días del año próximo.
Tecnología y operación
Los buses incorporan sistemas ADAS de asistencia a la conducción, cámaras, telemetría avanzada y sensores de mantenimiento predictivo. Para el pasajero, el mayor impacto estará en la reducción de ruido y en la suavidad de la marcha.
“Es un momento histórico para la empresa y para el sector”, dijo Zbikoski tras supervisar la producción en China. Su hermano Javier agregó: “Traemos los colectivos de China, pero formamos el talento acá”.
La llegada de esta flota marca un antes y un después para la movilidad porteña: combina una transición energética basada en gas —hoy la alternativa más inmediata y escalable— con la introducción de los primeros colectivos chinos que operarán en la Ciudad, un paso que redefine la renovación del transporte metropolitano.