La histórica firma textil Textilana S.A., reconocida por su marca Mauro Sergio, atraviesa una profunda crisis. La compañía, con base en Mar del Plata, redujo su nivel de producción un 20% y comenzó un proceso de reestructuración interna ante la caída de ventas y el avance de la ropa importada, especialmente desde China. "La apertura de importaciones afecta de manera directa al sector. Las ventas vienen cayendo de forma sostenida y ya estamos produciendo un 18% menos que el año pasado", señalaron fuentes cercanas a la empresa. Fundada en los años 70 bajo el nombre de Todisco, Textilana pasó de ser una firma dedicada al hilado para terceros a convertirse en una de las principales productoras de tejidos del país. Durante décadas, Mauro Sergio fue un emblema de la industria nacional, con un modelo de producción integrada que abarcaba desde el diseño hasta la confección final de cada prenda. "Diseñamos y fabricamos el 100% de lo que vendemos. Luego, comercializamos tanto al por mayor como al por menor. Muchas marcas nos compran vía online en el canal mayorista y luego colocan su etiqueta", explicaron desde la compañía. Sin embargo, la firma enfrenta un escenario adverso. A raíz de la baja en el consumo y la creciente competencia importada,inició un proceso de reducción de personal. Su planta en Mar del Plata llegó a emplear 350 personas, pero actualmente ese número se redujo a cerca de 200. Esta situación no es un caso aislado. Según datos de la Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOTRA), en lo que va del año el uso de la capacidad instalada del sector cayó al 40%. Se registraron 68 cierres de pymes textiles, más de 4000 despidos y unas 900 suspensiones. La apertura comercial, la baja en los aranceles a la importación y un tipo de cambio que vuelve más competitivo al producto extranjero son factores clave en esta dinámica. Además, la tecnología digital y el e-commerce facilitaron el ingreso masivo de ropa importada, sobre todo a través de plataformas como Shein, que modificaron los hábitos de consumo y presionan aún más sobre la industria local. "Con el dólar actual, muchas marcas decidieron aumentar las importaciones. No sólo por la carga impositiva, sino porque las prendas ya confeccionadas en el exterior son mucho más baratas. Esto evita producir en el país y genera una situación muy preocupante", sostuvo Claudio Drescher, presidente de la Cámara de la Industria Argentina de la Indumentaria (CIAI) y titular de Jazmín Chebar. Según estimaciones del sector, importar una prenda terminada puede resultar hasta un 70% más económico que fabricarla en el país. Esta diferencia se amplía con la reciente rebaja de impuestos a las importaciones anunciada por el ministro de Economía, Luis Caputo, en línea con la política de desregulación del comercio exterior. En este contexto, el futuro de empresas emblemáticas como Textilana plantea serios interrogantes sobre la viabilidad de la industria textil nacional y la necesidad de redefinir su modelo de negocio para competir en un mercado cada vez más globalizado y desafiado por el fast fashion.