El grupo argentino Georgalosle compró a PepsiCo el 100% de las acciones de Alimesa S.A., la fabricante de chocolates en polvo que el gigante alimenticio estadounidense tenía en el país. El acuerdo incluye el traspaso de una planta en el parque industrial de La Rioja, donde trabajan 42 personas, y, fundamentalmente, los dos principales activos de la empresa adquirida: las marcas Toddy y Zucoa. No se divulgaron los detalles económicos de la transacción.
"Hace cuatro años, pusimos en marcha un plan estratégico que apuntó a un crecimiento de dos maneras: orgánico y por adquisiciones. Con esta compra, ya estamos cumpliendo definitivamente con las dos patas del plan", afirma Guillermo Rimoldi, gerente general de Georgalos. No es el único paso que representa la adquisición para el grupo, fundado en 1939. "Estamos dando otro pie en el rubro de alimentos, sin soltar nuestro core, que son las golosinas", explica, acerca de un negocio cuyo primer bocado la empresa de capitales nacionales probó en 2014, cuando le compró la fabricante de cereales para desayuno General Cereals al grupo irlandés Kerry. Esa operación implicó la transferencia de una planta industrial en Luján.
Con más de 1000 empleados, cuatro plantas productivas y dos centros de distribución, Georgalos elabora, distribuye y vende las marcas Flynn Paff, Nucrem, Namur, Full Maní y Tokke, entre otras. Tiene una línea de chocolates sin azúcares agregados, otra de repostería y turrones, confituras y panificados navideños. Completan el portafolio las barras Flow Cereal y cereales para desayuno. Cuenta con abastecimiento propio de maní y de sus materiales a través de Poligraf, su empresa de packaging radicada en San Luis. Este año, su facturación rondará los $ 8000 millones, en términos brutos.
Toddy y Zucoa son dos marcas emblemáticas de chocolate en polvo. PepsiCo se las compró a Molinos en 2008, a cambio de u$s 8,1 millones. A inicios de la década pasada, la estadounidense las expandió al negocio de galletitas. Georgalos, ahora, planifica llevarlas a más categorías.
"Toddy es un marcón", define Rimoldi. "Nos va a permitir hacer muchas cosas, realizar un buen stretching de marca. Y posicionarla mucho más arriba de lo que hoy está", afirma.
El CEO explica que la compañía, recientemente, incorporó un equipo de marketing que se abocará exclusivamente a trabajar en ese relanzamiento. "En 60 días, deberíamos tener una idea hacia dónde vamos", puntualiza. "Las marcas se mueven en torno a aros de cercanía. Para Teddy y Zucoa, el primero es el chocolate en polvo. El segundo, las galletitas, que se completó muy bien. Debemos ver bien cuántos más aros podemos sumar y que la marca, a su vez, los soporte", explica.
No obstante, hay un límite demarcado: "Todo el stretching de la marca deberá ir, siempre, para el lado chocolatoso. Somos el segundo productor nacional de chocolates. Antes de fin de año, para el planning de 2022, debería estar bien claro el rumbo", afirma.
Rimoldi estima que, pese a que en el último año perdió participación en góndolas de supermercados -aunque no en mayoristas, aclara-, Toddy conserva una participación de mercado del 25% al 30%, sólo superado por el líder de la categoría (Nesquik, de Nestlé). "La marca debería estar mucho más arriba que hoy. También Zucoa, que es una etiqueta a la que todo el mundo conoce pero perdió vigencia. La idea es ponerla nuevamente de pie", asegura.
Zucoa jugará un papel clave en la exportación. Uno de los objetivos es vender los productos de ambas en el exterior (Uruguay y países limítrofes, a donde Georgalos ya exporta). Como los derechos de Toddy son sólo para la Argentina y el Uruguay, el chocolate en polvo se venderá en los demás mercados con Zucoa o alguna otra marca afín, explica.
Actualmente, las exportaciones son entre el 10% y el 12% de la facturación de Georgalos.
La planta que PepsiCo tenía en La Rioja, donde se elabora el chocolate en polvo, trabaja al 40% de su capacidad. Georgalos no sólo conservará a todo el personal sino que planifica crecimiento. "Nuestra intención es, si es posible, llevarla a full capacity. Primero, subiremos entre 20%, 30% la ocupación e iremos en forma gradual", comenta el CEO. Por su parte, las galletitas se hacían, hasta ahora, en el complejo industrial que PepsiCo tiene en Mar del Plata. "Nos trajimos todo el stock y ya estamos definiendo con algún fasonero que las hará para nosotros, con la fórmula", apunta.
A inicios de agosto, Grimoldi había anunciado que saldría a buscar $ 500 millones al mercado, a través de una colocación de obligaciones negociables (ON). La empresa utilizó esos fondos para reperfilar su deuda (la pasó de corto a mediano plazo) y concretar las inversiones de capital de trabajo que necesita en sus plantas de Río Segundo (Córdoba) y Luján. "Utilizamos un poco de ese capital para esta operación. Cuando vimos que esta transacción podía llegar a ser viable, aprovechamos esa reestructuración para financiarla parcialmente", cuenta Rimoldi.
Para PepsiCo, en tanto, la venta de Alimesa significa su segunda salida en el país de un negocio que no constituye su core. En 2017, algunos meses después del resonado cierre de su histórica planta de Florida para concentrar su producción en Mar del Plata, le vendió a la local Tía Maruca ex Dilexis, fábrica sanjuanina que había adquirido en 2011 y en donde había radicado la producción de las galletitas Quaker y Toddy. En San Juan, tenía 400 empleados.
"Este acuerdo con Georgalos es parte de nuestra estrategia para enfocarnos en categorías estratégicas", declaró Diego Serantes, gerente general de PepsiCo Foods Argentina, acerca de la salida del negocio de polvos chocolatosos, que representaban menos del 5% de sus ventas en el país. "Es muy positivo para nosotros haber llegado a un acuerdo, que asegura la continuidad de la operación y el mantenimiento de los trabajos en la planta", destacó.