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Cada vez hay más conciencia sobre la importancia de cuidar el planeta y el mundo bursátil también está tomando nota de este cambio de paradigma. Así como las empresas buscan reducir y compensar su huella de carbono, también hoy tienen la posibilidad de invertir en una herramienta con respaldo en proyectos de impacto ambiental positivo
Se trata de desarrollar una mirada de inversión y crecimiento con foco en modelos de negocio que empaticen con el compromiso ambiental. En los últimos años, las empresas iniciaron distintas acciones, desde descarbonizar o medir la huella de carbono de sus operaciones, hasta elaborar reportes de sustentabilidad y visibilizar su compromiso social. Y hoy se suma una herramienta más a esta tendencia.
El concepto de Finanzas Verdes engloba a los bonos de carbono, bonos sostenibles, bonos sociales, y ahora también a algunas criptos. Todo indica que el compromiso ambiental va a ser cada vez más exigido y necesario.
Rodolfo Tarraubella, presidente de Fundación Eco- Conciencia y director Ejecutivo de CIFAL Argentina -entidad del sistema de Naciones Unidas-, está presentando la criptomoneda que dieron en llamar Green Coin y explica que "desarrollamos esta Green Coin con base en la naturaleza y con el respaldo de un fondo de Inversión de Luxemburgo. Esta criptomoneda se mina con la protección de una reserva natural en Panamá, y con el consumo de un combustible de transición energética que -gracias a la nanotecnologíareduce las emisiones de gases efecto invernadero, mejorando la eficiencia de los combustibles fósiles y la combustión de los motores".
Por otra parte, explica Tarraubella, están trabajando en un proyecto de generadores de energía sin combustible y uno de captadores de CO2 del aire para convertirlo en grafeno u otros materiales.
Una de las particularidades de la Green Coin, desarrollada por argentinos, es que cada usuario que adquiera un token colabora con la preservación de un m2 de biosfera nativa, de un total de un millón de hectáreas en diez países del mundo.
"Como toda moneda es un bien de cambio, sirve para comprar algo. Hasta ahora la critpo utilizaba tecnología del blockchain y daba seguridad gracias a su manera de minar. Ahora, la criptomoneda verde toma valor al generar una reducción de dióxido de carbono, por ejemplo. Entonces, lo que respalda a esa moneda es un servicio ecosistémico", explica Tarraubella y remarca que, a diferencia de un bono verde, que es una reducción de emisiones certificadas, con la moneda lo que se puede es tokenizar.
Es decir, una compañía puede comprar y transaccionar con su moneda verde o "que- marla", que es una opción que ofrece Green Coin, a partir de aplicarla a una reducción de emisiones. Entonces el banco de emisiones la retira de circulación.
Hoy, Tarraubella describe que 1 moneda equivale a 0,1 toneladas de dióxido de carbono (u$s 1,5 aproximada- mente) y su lanzamiento reciente al mercado genera expectativas acerca del valor que pueda llegar a tomar. "Las Green Coin tienen como respaldo la reducción y vale lo que vale el pedazo de tonelada métrica de dióxido de carbono reducido. Hay que ver el mercado, hasta ahora oscila entre u$s 5 y u$s 15. Hubo veces que llegó a u$s 50. Hoy el bono de carbono es volátil porque tiene como respaldo algo, no es simbólico", explica el experto.
Otra de las cripto verde presentada en la Argentina es GBM, una moneda que también tokeniza activos naturales con estas características: "digitalizamos 1 m2 de selva y la digitalizamos para asociarlo a una criptomoneda. Ese token tiene respaldo en ese metro cuadrado durante 100 años. En ese tiempo nosotros recupe- ramos su valor y la forestamos, mientras que a quien compra la cripto el token le sirve como medio de pago", explica Juan José Núñez, fundador de GMB, y comenta que hoy el proyecto está en una "etapa semilla" y acaban de salir este mes de marzo a la venta pública.
Justamente, el pasado 16 de marzo el Espacio Bitcoin fue la sede elegida para el lanza- miento de GBM, demostrando así el apoyo de todo el sistema descentralizado de monedas a esta nueva iniciativa que se suma a las alternativas tecno- lógicas descentralizadas, trazables, seguras y consensua- das.
Una de las propiedades más interesantes de esta cripto es la posibilidad que ofrece de adquirir a futuro, con esos token, créditos de carbonos con precio especial (99% de descuento para empresas y 50% de des- cuento para particulares). "Para 2030 las compañías van a tener que ser neutrales y necesitan que esa compensación no tenga un costo tan elevado como para que genere la salida del negocio. Allí es donde se genera la gran compensación".
Núñez explica, además, que "los Tokenomics (el proceso de asignación de valor) son la protección del capital natural, que es concreta y medible, aporta al cambio climático y actualmente vale unos u$s 6000, luego el acceso a la compensación de carbono, el ecobranding y la trazabilidad. Todo esto en nuestro estudio nos dio entre u$s 7 y u$s 15. Pero salimos a 1 dólar", detalla el fundador de GBM y agrega que "la proyección a futuro es de crecimiento total porque el empeoramiento del cambio climático y la falta de recursos, hace que las proyecciones del valor del token sean muy positivas. Además la tendencia a la descentralización y colapso del sistema financiero tradicional es otra variable a tener en cuenta".
Desde el 17 de marzo, fecha en la que oficialmente GBM salió a la venta pública, se ac- tivaron además estrategias de recompra y de reventa para sostener un precios con pocas fluctuaciones.
CONTEXTO INTERNACIONAL
Desde 2015, con los ODS de la agenda 2030, las Áreas de Me- dioambiente pasaron a ser socio ambientales y sus acciones son cada vez más importantes. Hasta hoy, para pedir un crédito nadie te preguntaba por tu huella de carbono, pero eso empieza a cambiar. Se empieza desde las finanzas a hacer presión sobre las compañías para que demuestren un cambio y un compromiso a la hora de acceder a créditos internacionales. Además, por ejemplo, los bancos deberían poder dar la opción de elegir dónde va a orientarse el dinero que se invierte.
Con esta mirada puesta en el nuevo paradigma surge la nueva generación de monedas ancladas al capital natural, que permiten cuantificar el valor de los recursos naturales y su im- pacto en la economía de todo el mundo.
La posibilidad de compra y venta de monedas verdes rige incluso para particulares que quieran invertir, utilizarlas o compensar su propia huella avisando al banco de carbono, a través de la App, que decidieron "quemar" sus monedas.
Un punto a tener en cuenta al hablar de las criptomonedas ecológicas, es que son mucho más eficientes energéticamente que las tradicionales, ya que se queman de otra manera, uti- lizan otro proceso de minado que no es la solución de complejas ecuaciones matemáticas que exigen gran cantidad de energía, sino la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, y no contaminan el medio ambiente.
Estamos ante el nacimiento de una nueva forma de comercializar que apela a las ganas de apoyar el tema Natural por un lado, y por otro se fomentan los acuerdos entre compañías que la van a comprar para mitigar su huella de carbono. Una ecuación en la que todos ganan. "A largo plazo vamos a automatizar estos procesos de reforestación. Queremos ser el modelo para acompañar el pedido de reforestación de la ONU y aspiramos a escalar a nivel interna- cional usando tecnología para prevención de incendio, prevención de caza furtiva, entre otro temas", detallan desde GBM y remarcan que entre sus tipos de inversores se encuentran los corporativos, que in- vierten "semilla" descubriendo emprendimientos con potencial. Luego el inversor en el token, el Inversor cripto, y las corporaciones que buscan compensación de huella con poco costo. Además, también están los filántropos que bus- can novedades e invierten en distintos proyectos.