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En un país donde vender se volvió una hazaña, el alfajor Dubái nos dejó una gran lección: cuando el contexto no acompaña, las marcas que saben leer el momento y activar el deseo colectivo, ganan.

Sí, el pistacho está de moda. Sí, el chocolate Dubái se viralizó en TikTok. Pero lo que hicieron Havanna, Lucciano's,Flybondi y decenas de emprendedores en Argentina fue mucho más que seguir una tendencia: fue una jugada de marketing oportuna, creativa y estratégica.

Veamos por qué funcionó:

  1. El timing lo es todo Las marcas que llegaron primero se llevaron la mayor parte de la conversación. Havanna lanzó su combo "De Dubái a Mar del Plata" justo cuando el furor explotaba, y lo hizo con edición limitada, diseño alusivo y stock escaso: receta perfecta para generar FOMO. Lucciano's, con una estética "viaje exprés" y sin siquiera usar la palabra Dubái, logró el mismo efecto: filas, posteos y agotamiento en horas. Porque cuando algo se pone de moda, el que llega antes capta la atención (y las ventas).

  2. No alcanza con subirse a la ola: hay que adaptarla. En lugar de copiar el chocolate original, las marcas lo argentinizaron. Pistacho sí, pero con dulce de leche, masa de alfajor, conitos, bombones. El fenómeno global se tradujo al paladar local. Incluso marcas que no tenían nada que ver con lo gastronómico encontraron la vuelta para sumarse.

  3. El contenido activa el deseo No hubo pauta. No hizo falta. Las fotos, los reels y los unboxings se multiplicaron. Las marcas más avispadas incentivaron a sus clientes a compartir el producto en redes. El alfajor se volvió un objeto estético, deseable, "instagrameable". Si tu producto no se viraliza solo, pensá: ¿qué gancho visual o conceptual puedo usar para que sí lo haga? ¿Cómo motivo a mis clientes a convertirse en embajadores?

  4. Influencers + escasez = ventas aseguradas Tanto Havanna como Lucciano's apostaron por el marketing de influencers: enviaron sus productos en cajas cuidadas, con una estética pensada para el unboxing. Apenas el alfajor llegó a las góndolas, ya circulaban videos, fotos y reseñas que lo volvían deseable. Havanna lo lanzó como edición limitada, reforzando la urgencia y la idea de exclusividad. Varias marcas apostaron por la misma fórmula, pero con otra estrategia: Lucciano's, por ejemplo, optó por una edición ilimitada. Porque cuando la ola crece, estar presente (aunque no sea por poco tiempo) puede jugar a tu favor.

  5. Si no tenés el producto, crea contenido No todas las marcas tienen pistacho en stock. Pero sí pueden tener creatividad. Flybondi, por ejemplo, se subió a la conversación con una imagen generada por IA: un asiento de avión cubierto de "salsa de pistacho". El copy fue perfecto: "Nuestros asientos no son comestibles, pero tranquilo, tenemos servicio de venta a bordo". ¿Resultado? Viral, divertido y 100% en tema.

Hoy, subirse a una ola no es solo cuestión de inventario: también es cuestión de contenido. Podés aprovechar la conversación del momento para entretener, conectar o mostrar tu personalidad de marca.

Fuente: ShutterstockShutterstock

A veces no se trata de vender, sino de estar donde está la atención. En resumen: cuando hay una tendencia, podés ignorarla... o usarla para vender más. Pero para eso necesitás leer el contexto, actuar rápido, pensar desde lo visual, sumar contenido potente y -clave- no improvisar.

Porque el marketing viral no es casualidad. Es estrategia, creatividad y timing. Y aunque el alfajor Dubái se agote, las oportunidades para viralizar siguen apareciendo. ¿Vas a estar listo para la próxima?