La pulseada por el control de Vicentin suma un nuevo capítulo. Luego de que uno de los síndicos confirmara que Grassi fue el primero en presentar al Juez las conformidades -y las consecuentes mayorías conseguidas- que respaldan su propuesta, Molinos Agro (MOA) y LDC apuestan todo a la exclusión de votos clave.
El informe que presentaron Carlos Amut y Ernesto García, los síndicos que representan a la alianza de MOA y LDC, confirma que las empresas alcanzaron las mayorías necesarias, pero advirtió que los grandes acreedores financieros —como IFC, Bank of America, Siemens, Itaú y Amerra— respaldaron también a Grassi. El juez aún debe resolver las exclusiones y definir quién gana el salvataje.
En su dictamen, además, los colegiados confirmaron que, si bien la propuesta presentada alcanzó las mayorías exigidas por la Ley, advirtieron observaciones sobre la validez de algunas adhesiones. Esta es la mayor apuesta de las compañías para ganar la pulseada y quedarse efectivamente con el control de la agroexportadora.
El documento, incorporado al expediente esta semana, admite la validez general de las adhesiones, pero señaló que varias presentaban deficiencias formales. Entre ellas, las de Novozymes Bioag, FMC Química y Fumicen, que carecen de firmas verificables, y las de Bank of America, Siemens Financial, Cooperativa La Trinidad y Cooperativa de Videla, que fueron presentadas con firmas escaneadas u ológrafas sin certificación notarial. Aun así, los síndicos aclararon que todas esas conformidades serían consideradas válidas para el cómputo de mayorías, dado que se usaron bajo las mismas condiciones en las propuestas de ambos competidores.
El informe también confirma que las adhesiones de International Finance Corporation (IFC), Banco Itaú Uruguay S.A. y Amerra Capital Management LLC fueron presentadas con certificación notarial, por lo que no existe duda sobre su validez. Sin embargo, la particularidad es que estos grandes acreedores financieros prestaron conformidad tanto a MOA-LDC como a Grassi, el otro oferente que compite en el proceso de salvataje. Este punto resulta central, ya que diluye el peso diferencial de la alianza y refuerza el respaldo internacional que también ostenta Grassi, quien fue el primero en alcanzar las mayorías.
Según los cálculos de la sindicatura, MOA-LDC logró adhesiones del 81,9% del capital en la categoría A, 88,4% en la categoría B y 39,2% en la categoría C, que agrupa a los grandes acreedores financieros. No obstante, los postulantes aseguraron que, si se excluyen del cómputo los créditos de Grassi, Avir South (Nofal), Commodities (Grassi) y Vicentin Paraguay (familia Vicentin), los porcentajes de la categoría C se elevan al 74,8% del capital, superando el umbral legal. Esa exclusión, sin embargo, aún no fue resuelta por el juez del concurso, Fabián Lorenzini, por lo que la validez de las mayorías de MOA-LDC sigue sujeta a revisión.
Cabe recordar que, al inicio del proceso, justo cuando se presentaron las propuestas de salvataje, MOA y LDC ya denunciaban su disconformidad acerca del voto de, principalmente, Esteban Nofal. Este último es quien el año pasado compró la deuda de más de u$s 400 millones que Vicentin tenía con bancos internacionales. Las empresas resaltan el vínculo directo que hay entre el empresario, también nuevo dueño de Celulosa Argentina, y Grassi.
Mientras tanto, el peso de los grandes acreedores internacionales, con presencia simultánea en ambas propuestas, se consolida como el factor decisivo en la recta final del proceso que definirá quién se queda con el control de la agroexportadora santafesina. Es que, al haber apoyado a las dos propuestas, ninguna de las dos tiene un dominio claro sobre ese grupo. Entonces, según cómo el juez cuente o descarte esos votos, puede cambiar quién gana el salvataje.
Cuáles son los dos “escenarios posibles” que definirán el futuro de Vicentin
La sindicatura del concurso trazó dos escenarios posibles según cómo el juez resuelva las impugnaciones cruzadas entre las propuestas. En el primero, si el magistrado acepta las exclusiones solicitadas por MOA y LDC—que buscan dejar afuera del cómputo a Grassi S.A., Avir South, Commodities y Vicentin Paraguay por presunta vinculación con la concursada—, el grupo lograría reunir las mayorías necesarias en todas las categorías y quedaría en condiciones de quedarse con el control de la compañía.
En cambio, si el juez desestima esas exclusiones y mantiene a esas firmas dentro del cómputo, el porcentaje de adhesiones de MOA-LDC caería por debajo del umbral legal, con apenas 39,23% del capital en la categoría de los grandes acreedores financieros. En ese caso, Grassi sería el único oferente con mayorías válidas y se quedaría con la agroexportadora.
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