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Pese a la caída general del consumo, las franquicias de pizzerías siguen captando el interés de emprendedores que buscan un negocio gastronómico con marca instalada. En promedio, estos locales manejan una rentabilidad cercana al 15% sobre la facturación, lo que permite recuperar la inversión en unos dos años si se mantiene un buen volumen de ventas.

La facturación mensual de una pizzería franquiciada puede rondar los $ 75 millones a $ 80 millones, aunque el monto depende de factores como la ubicación, los horarios de apertura y la competencia en la zona.

Cuánto cuesta poner en marcha una pizzería franquiciada

Según datos de Pizzería Popular, las opciones de inversión varían según el tipo de local. Las versiones más acotadas, pensadas exclusivamente para delivery o retiro en el punto de venta, requieren una inversión inicial de aproximadamente u$s 50.000. En cambio, los locales con salón para consumo en el lugar -que hoy concentran el mayor interés por parte de los emprendedores- pueden demandar una inversión cercana a los u$s 150.000, que incluye obras, habilitaciones y equipamiento. En este caso, el canon de ingreso ya está contemplado dentro de esa inversión total.

Desde la empresa explican que los locales más grandes permiten una mejor amortización de los gastos fijos.

En el caso de Kentucky, abrir una franquicia también requiere una inversión total de unos u$s 150.000. De ese monto, u$s 20.000 corresponden al canon de ingreso, que incluye el acceso al sistema de trabajo de la marca, el desarrollo del proyecto arquitectónico, la búsqueda del local, la capacitación del equipo inicial y las acciones de marketing de apertura.

Sbarro maneja cifras similares. La inversión arranca en u$s 150.000 y se le suman u$s 25.000 de canon, que incluyen la búsqueda del punto de venta, el diseño del local, la capacitación y el acompañamiento operativo.

Cómo se compone la estructura de costos

Los tres principales componentes del gasto operativo son el costo de mercadería vendida (CMV), los salarios y el alquiler. Este último tiene un peso importante en el negocio y, en zonas de alto tránsito, puede representar entre el 15% y el 25% de los ingresos mensuales. Así lo explican desde Pizzería Popular, donde remarcan que la zona y el tamaño del local influyen directamente en la presión de los gastos fijos.

En paralelo, los gastos relacionados al salario y las cargas sociales siguen en aumento y representan un desafío para mantener la rentabilidad. Desde la empresa señalan que los márgenes se sostienen cuando se logra un equilibrio entre volumen de ventas y control de costos, ya que no siempre es posible trasladar los aumentos al precio final.

En el caso de Kentucky, a esos gastos se le suman los pagos mensuales a la marca, que implican un 7% de la facturación (5% en regalías y 2% en publicidad). Sbarro aplica un esquema similar, aunque el porcentaje total asciende al 8%, compuesto por 6% en regalías y 2% para marketing.

Plazo de recuperación

Las pizzerías que logran estabilizarse en el mercado trabajan con una rentabilidad promedio del 15% sobre la facturación. Con ese margen, y si el local mantiene buenos niveles de ventas, la recuperación de la inversión se estima en unos 24 a 30 meses, según la marca y el formato elegido.

Desde Pizzería Popular calculan que la recuperación del desembolso puede darse en 24 meses, con una facturación mensual que ronda los $ 80 millones, siempre sujeta a variables como ubicación, horarios de atención y competencia en la zona. En el caso de Kentucky y Sbarro, el cálculo se estira un poco más y se ubica en torno a los 30 meses. Ambos locales facturan alrededor de $ 75 millones por mes, aunque todo depende del rendimiento del local y del formato elegido.

Las franquicias gastronómicas resisten la caída del consumo

Aunque el consumo se retrajo, las franquicias de comida lograron mantener cierta estabilidad. El formato ya conocido por el público, junto con opciones más accesibles, ayudó a sostener el nivel de ventas, incluso en meses de baja actividad.

Según datos de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), desde marzo el consumo en restaurantes y cafés cayó un 20%. El encarecimiento en dólares, la baja en el turismo y la pérdida de poder adquisitivo son parte de los factores que explican el escenario.