

Estoy arriba de un avión escribiendo esta columna. Vuelo de Buenos Aires a las oficinas centrales de Google en California. Hago este recorrido unas seis veces al año y si cuento todos los viajes que hago en el año, sumo más de 120 mil millas. Intento calcular cuánto tiempo demoro en conseguir los pasajes, comparar precios, elegir las mejores rutas, buscar buenos asientos y todo, optimizando al máximo el tiempo.
Es un trabajo que años atrás demandaba una secretaria eficiente que además se entendiera bien con una buena agencia de viajes. Hoy Internet me deja a un paso del avión: gran parte de estas tareas las hago sola, online, desde cualquier lugar y en pocos minutos. El cambio es radical.
Es evidente que Internet se ha transformado en el mejor aliado para los viajeros y un reciente estudio conducido por Google demuestra la magnitud del fenómeno. En la compra de boletos de avión, por ejemplo, las fuentes online hoy son utilizadas por el 76% de los argentinos. Esto significa que 3 de cada 4 usuarios que piensa en subirse a un avión, utiliza Internet, lo cual la transforma en la fuente de información más utilizada. Otro ejemplo es el alto índice de satisfacción de los viajeros en el proceso de reserva de hoteles y alquiler de autos a través de Internet que asciende al 75% y 77% respectivamente. O simplemente verificar que 6 de cada 10 viajeros que buscan en Internet información sobre agencias de viajes, descubren una opción sobre paquetes turísticos que desconocían.
Estamos entonces ante un panorama alentador para el crecimiento de los negocios relacionados a viajes y turismo en la Web y se trata de la industria que más y mejor ha aprovechado este fenómeno. Sin embargo, todavía siendo explotado en un ámbito acotado y una gran cantidad de oportunidades aún no están siendo aprovechadas. Pequeños negocios, propuestas de nicho, emprendimientos originales y agencias de viajes de larga trayectoria que aún no han hecho la reconversión hacia Internet son algunos de los que deberían comenzar a ser protagonistas de este movimiento.
Estamos ya terminando el verano pero en la Argentina seguimos buscando la oferta de departamentos en Brasil, la disponibilidad de casas en Pinamar o los distintos vuelos que salen desde Ezeiza. Los volúmenes de búsqueda en Google no dejan de sorprendernos día a día no sólo en los términos más comunes sino también en búsquedas más específicas, como pesca de dorado, buceo en río o travesías en kayak. Sin embargo, del lado de los prestadores de turismo seguimos viendo una demanda insatisfecha porque están desfasados aún con la expectativa del consumidor en un país tan enorme, diverso y rico en propuestas.
En definitiva, hay mucho por recorrer y por aprender, pero no podemos transitar ese camino sin mirar muy de cerca lo que el consumidor hoy desea, demanda y, muchas veces, exige. Estamos en un excitante viaje hacia Internet, y la mejor noticia, es que no tiene retorno.











