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Un reciente estudio científico publicado en la prestigiosa revista Science Advances ha arrojado luz sobre una posible raíz evolutiva del consumo de alcohol en humanos y arrojó datos inesperados acerca de la evolución.

La investigación, liderada por expertos de la Universidad de California en Berkeley, confirmó que los chimpancés de África Occidental ingieren regularmente alcohol a través de frutas fermentadas, un comportamiento que podría sustentar la conocida "teoría del mono borracho".

El gusto por el alcohol de los humanos tiene su origen en los chimpancés, según estudio científico. Fuente: EFE
El gusto por el alcohol de los humanos tiene su origen en los chimpancés, según estudio científico. Fuente: EFE

Este hallazgo sugiere que la inclinación humana por las bebidas alcohólicas no es un rasgo reciente, sino una herencia de los primeros homínidos y el ancestro común con los primates. La conexión entre el consumo de alcohol en simios y humanos abre un nuevo capítulo en la comprensión de la biología de la adicción y el placer.

Cuánto alcohol consumen los chimpancés

El equipo de científicos monitoreó a grupos de chimpancés en países como Uganda y Costa de Marfil, recolectando y analizando las frutas que formaban parte de su dieta. El estudio reveló que los primates consumen en promedio unos 14 gramos de etanol puro al día.

Para ponerlo en perspectiva, el autor principal, Aleksey Maro, indicó que esta cantidad es comparable a beber medio litro de cerveza aproximadamente. El etanol se produce de forma natural cuando el azúcar de las frutas maduras se fermenta. Se determinó que las frutas con mayor concentración alcohólica son, precisamente, las preferidas por los animales, quienes son capaces de comer hasta 4.5 kilogramos de fruta al día, lo que equivale a entre el 5% y el 10% de su peso corporal.

¿Los monos son inmunes al alcohol?

A pesar de la considerable ingesta de alcohol, el estudio destaca una diferencia crucial con el consumo humano: los chimpancésno muestran signos evidentes de intoxicación.

El coautor Robert Dudley, profesor de Berkeley y pionero de la teoría, explica que la concentración de alcohol en la fruta se encuentra muy diluida y está ligada al alimento. Para que un chimpancé se emborrachara necesitaría ingerir una cantidad tan masiva de fruta que su estómago se hincharía.

Este hecho subraya cómo la evolución ha permitido a estos animales consumir una "dosis considerable de alcohol" como parte de su rutina alimentaria, sin sufrir los efectos debilitantes que sí experimentamos los humanos tras un consumo similar de alcohol concentrado.

Qué dice la Teoría del Mono Borracho

El nuevo descubrimiento ofrece un sólido respaldo empírico a la teoría del "mono borracho", propuesta por Dudley en 2016. Esta hipótesis sugiere que la atracción humana por el etanol se originó como un mecanismo de supervivencia.

Los primeros homínidos y primates ancestrales habrían desarrollado una preferencia por el olor del alcohol, ya que este indicaba la presencia de frutas ultra maduras con altos índices de azúcar. El azúcar fermentado no solo ofrecía una fuente de energía superior, sino que el alcohol también podía incrementar el placer de comer y potencialmente fortalecer los vínculos sociales al compartir un recurso más deseable.