

"Sonarse el cuello" puede parecer una acción inofensiva, incluso placentera a corto plazo. Sin embargo, detrás de este crujido momentáneo se esconden riesgos que no deben tomarse a la ligera.
Si bien algunos lo hacen para liberar tensión, esta práctica podría tener graves consecuencias para la salud si no se realiza de forma adecuada.

¿Qué sucede cuando nos tronamos el cuello?
Cuando nos "tronamos el cuello" estiramos y separamos ligeramente las vértebras cervicales. Esto crea un pequeño espacio en la articulación que reduce, momentáneamente, la presión.
La baja presión permite que las burbujas de gas, principalmente nitrógeno, disueltas en el líquido sinovial se expandan y escapen. De esta manera, se provoca un estallido que se asocia con el "crujido".
Asimismo, libera endorfinas, sustancias que ayudan a controlar el dolor, brindando una sensación de placer.
Más allá del placer momentáneo: los riesgos de "sonarse el cuello"
Más allá de la sensación de alivio que pueda generar, esta práctica no está exenta de riesgos.
Por ejemplo, un movimiento brusco o con demasiada fuerza podría lesionar los nervios de la zona, causando dolor, inflamación e incluso inmovilidad.
Además, si se realiza con frecuencia, podría desgastar el cartílago y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades en las articulaciones, como artritis.
En momentos críticos, puede causar desgarros musculares, que requieren atención médica y un período de recuperación.
En casos extremos, "sonarse el cuello" puede dañar las arterias vertebrales, que llevan sangre hacia el cerebro. Esto podría provocar un accidente cerebrovascular, especialmente en personas con enfermedades preexistentes.

Los expertos, recomiendan seguir las siguientes recomendaciones:
- Evitar sonarse el cuello con frecuencia. Si bien el crujido puede ser placentero a corto plazo, los riesgos a largo plazo son considerables. Busca alternativas para aliviar la tensión en el cuello, como ejercicios de estiramiento suaves, automasajes o aplicar calor local.
- Consultar a un médico. Si experimentas dolor, rigidez, debilidad o cualquier otra molestia, consulta a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
¿Cuándo es necesario acudir a un fisioterapeuta?
Las personas que habitualmente hacen crujir su cuello y no experimentan alivio podrían requerir tratamiento para realinear sus articulaciones cervicales.
Además, es crucial que consulten a un profesional médico si notan signos como hinchazón, que podría indicar acumulación de líquido, lesión o infección en la articulación del cuello.
El dolor persistente en esta zona, especialmente si es crónico y sin causa clara, también requiere evaluación médica.















