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El clásico capuchino se prepara con una dosis de espresso, leche vaporizada y espuma de leche, en partes casi iguales. Dependiendo del tipo de leche que uses, puede aportar entre 60 y 80 calorías por taza, más si le agregas azúcar o jarabes.

¿Es malo tomar capuchino?

No necesariamente. Pero si abusas, podrías enfrentarte a problemas como insomnio, nerviosismo, palpitaciones o malestar digestivo. Esto se debe a la cafeína, el tipo de leche y los endulzantes añadidos. Además, usar leche entera con azúcar puede sumar grasas saturadas y calorías vacías.

Ahí la historia cambia. Un capuchino con leche descremada o vegetal sin azúcar aporta antioxidantes, un poco de proteína y calcio. En dosis moderadas, la cafeína puede ayudarte a concentrarte y rendir mejor física y mentalmente.

¿Cuál es la mejor forma de tomarlo?

El truco está en no exagerar. Se recomienda no pasar de tres o cuatro tazas de café al día, evitar añadir azúcar extra y preferir opciones más ligeras. Si eres sensible a la cafeína ointolerante a la lactosa, es mejor elegir bien el tipo de leche y cuidar las cantidades.