En esta noticia

Realizar ejercicio con frecuencia es uno de los mejores hábitos que puedes tener en tu rutina para mantenerte saludable. Sin embargo, la actividad física debe realizarse de manera adecuada porque de lo contrarío podría ser contraproducente y causarte graves problemas de salud.

La buena alimentación es la principal aliada del ejercicio y de las rutinas sanas, van de la mano y son necesarios para obtener resultados positivos reales. Lo que recomiendan los especialistas es seguir la dieta mediterránea por sus beneficios para regular los niveles de colesterol y mantener la presión dentro de los estándares saludables.

La manera en la que jamás deberías realizar ejercicio

Tener un alto rendimiento físico llevando una mala alimentación podría ser peligroso para tu salud, pues ingerir con frecuencia comidas con exceso de azúcares y grasas trans puede asociarse con enfermedades cardíacas, cerebrales, vasculares, renales, hipertensión, diabetes y obesidad según lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En ese sentido, un estudio realizado por la Universidad de Sydney y publicado en British Journal of Sports Medicine demostró que practicar ejercicio con una dieta incapaz de darle a tu cuerpo los nutrientes que necesita puede resultar perjudicial para tu salud.

Además, una dieta ineficiente impactará directamente sobre tu rendimiento al hacer ejercicio, pues los expertos aseguran que lo que se consume después del entrenamiento es igual de importante que la actividad física ya que es lo que aportará los nutrientes necesarios para que el cuerpo se recupere del desgaste.

Cómo puedo alimentarme mejor para hacer ejercicio

El sitio especializado Mayo Clinic, proporcionó algunos consejos para combinar ejercicio y alimentación de la mejor manera posible

Desayuno saludable

Se recomienda que si entrenas por la mañana, te levantes lo suficientemente temprano como para terminar el desayuno al menos una hora antes de comenzar con la actividad. Dentro de las opciones saludables para esta comida del día se encuentran

  • Cereales o panes integrales
  • Leche con bajo contenido de grasa
  • Jugo
  • Un plátano
  • Yogurt

Medir las porciones

No excederse en las cantidades antes de hacer ejercicio es fundamental para que no sufras malestares. En ese sentido, se aconseja que optes por consumir las comidas grandes (como almuerzo y cena) por lo menos 3 o 4 horas antes y los refrigerios mínimamente 1 hora antes.

Las colaciones son tus aliadas

Si realizas rutinas de ejercicio de más de 60 minutos, puedes considerar incluir las siguientes opciones en tu entrenamiento

  • Una barra energética
  • Una fruta fresca
  • Yogurt
  • Un licuado de frutas
  • Un bagel integral o galletas saladas
  • Un sándwich de mantequilla de cacahuate
  • Una barrita de granola baja en grasa
  • Una bebida deportiva

Come después de tu entrenamiento

Esto ayudará a que los músculos recuperen fuerzas. Se recomienda optar por comidas ricas en hidratos de carbono y proteínas dentro de las dos horas posteriores a tu actividad física. Algunas opciones son

  • Yogurt y fruta
  • Sándwich de mantequilla de maní
  • Leche chocolatada baja en grasas
  • Batido de frutas
  • Pavo en pan integral con verduras

Toma líquido

Necesitas agua para recuperar los líquidos perdidos. No obstante, si realizaste ejercicio por más de 60 minutos, una buena idea puede ser elegir una bebida deportiva ya que suelen contener hidratos de carbono y pueden aportarte más energía.