En el contexto actual de México, donde el alza en los precios de productos básicos golpea la economía familiar, surge la práctica de reutilizar el aceite de freír como medida de ahorro.
A pesar de que esta acción es bienintencionada, puede tener consecuencias graves para la salud, muchas de ellas imperceptibles a corto plazo.
El consumo de aceite recalentado se vincula a la neurodegeneración
Un reciente estudio científico, publicado en el Journal of Biological Chemistry, reveló que el consumo regular de aceite de freír reutilizado está vinculado a niveles elevados de neurodegeneración.
El estudio encontró que las ratas alimentadas con dietas que contenían aceites de freír recalentados exhibían niveles más altos de marcadores de neurodegeneración en comparación con las ratas que fueron alimentadas con una dieta estándar.
Las ratas fueron distribuidas en cinco grupos distintos: uno recibió una dieta estándar, otro fue alimentado con una dieta enriquecida con aceite de sésamo sin calentar, otro con aceite de girasol sin calentar, otro con aceite de sésamo recalentado, y el último con aceite de girasol recalentado.
Por un lado, se notó que las ratas alimentadas con aceites reutilizados exhibían unincremento en el estrés oxidativo y una mayor inflamación hepática en comparación con las ratas del grupo control.
Además, se observó un importante deterioro en el colon, que ocasionaba desequilibrios en los niveles de endotoxinas y lipopolisacáridos.
Daños cerebrales específicos
En general, estudio demostró que las dietas que incorporan aceites recalentados pueden provocar un aumento en los niveles de colesterol, triglicéridos y marcadores inflamatorios.
Además, los investigadores han concluido que estos aceites pueden provocar daños específicos en el cerebro, particularmente en regiones críticas para la regeneración, destacando así el riesgo neurológico asociado con su aplicación.
Es importante tener en cuenta que calentar aceites a temperaturas elevadas produce una alteración significativa en su composición química natural.
Esto resulta en una reducción de los antioxidantes y, por otro lado, en la generación de varios compuestos dañinos como grasas trans, acrilamida y aldehídos.