

La red de sociedades financieras populares (Sofipos) cayó a 875 sucursales en septiembre de 2025, desde las 1,909 del año previo, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
El ajuste refleja una transformación operativa acelerada por la migración digital, nuevas exigencias regulatorias y la competencia de plataformas tecnológicas.
Arturo Betancourt, especialista en regulación y prevención de lavado de dinero, explicó que el repliegue físico responde a un cambio en los modelos de atención.
“Hoy las entidades ya no requieren sucursales para operar; pueden apoyarse en redes de comercios como tiendas de conveniencia y reducir costos”, aseguró.
Fintechs que permiten abrir cuentas desde el celular también han presionado al sector, obligando a las Sofipos a fortalecer su infraestructura digital y cumplir procesos más estrictos de prevención de lavado de dinero para habilitar la apertura remota de cuentas.
Pese al cierre de oficinas, el sector mantiene un ritmo sólido.
Betancourt señaló que, al cierre de junio de 2025, el número de clientes y los activos administrados crecieron 65.2% anual, frente al 3.2% observado en la banca tradicional. El dinamismo provino de productos con rendimientos altos respaldados por el seguro de depósito de hasta 25,000 UDIS.
Crisis de CAME
Cabe recordar que más de 169,000 clientes del Consejo de Asistencia al Microemprendedor (CAME) perdieron sus inversiones tras la desaparición repentina de la financiera en abril.
Durante años fue considerada una firma sólida, con fondeo de instituciones como Citi y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las alertas comenzaron cuando los usuarios reportaron fallos en el sistema y falta de respuesta de sus asesores.
La CNBV intervino la entidad en junio tras detectar “irregularidades contables” y posteriormente revocó su licencia.
La liquidación de CAME en 2024 afectó a más de un millón de personas y tensó la confianza en el sector, aunque no detuvo su crecimiento.
Betancourt advirtió que el caso dejó una lección para toda la industria: “Las sofipos que no fortalezcan sus controles y su gobierno corporativo van a enfrentar riesgos similares. Hoy la supervisión es más estricta y los errores ya no pasan desapercibidos”.
Lo que viene en 2026
Para 2026, Betancourt anticipa un escenario mixto: “Habrá más cierres de sucursales, pero también un mayor número de clientes y crecimiento en créditos y recursos custodiados”.
El desafío será sostener ese avance en un entorno de supervisión más estricta y con competidores digitales que elevan continuamente las expectativas de rapidez y tecnología en los servicios financieros.
















