En esta noticia

Estar endeudado no siempre es resultado de una crisis financiera. A veces basta con acumular pagos pendientes, usar de más la tarjeta de crédito o no tener un control claro de los gastos.

En ese contexto, muchas personas recurren a una aparente solución: negociar una quita de deuda. Es decir, llegar a un acuerdo con el acreedor para pagar solo una parte del total.

La promesa de "liquidar la deuda con descuento" puede sonar atractiva, pero tiene un costo silencioso: una marca negativa en el Reporte de Crédito Especial del Buró de Crédito.

Este registro no pasa desapercibido para las instituciones financieras, que lo interpretan como un incumplimiento. Como resultado, se complica el acceso a nuevos productos financieros, desde tarjetas de crédito hasta préstamos personales o hipotecarios.

Expertos en finanzas personales advierten que aceptar una quita equivale, en términos crediticios, a admitir que no se cumplió con las condiciones originales del préstamo. Y esa señal de alerta puede quedarse en el historial durante años.

¿Qué es una quita y por qué afecta tu historial crediticio?

Una quita es un acuerdo negociado entre el deudor y la institución financiera mediante el cual se obtiene un descuento sobre el monto total adeudado, permitiendo liquidar completamente la deuda con una cantidad menor.

Aunque esta opción puede parecer atractiva cuando atraviesas por problemas económicos, tiene consecuencias importantes.

Según el Buró de Crédito, cuando solicitas una quita, esta transacción queda registrada en tu Reporte de Crédito Especial con la clave 97, marcada en color rojo como una calificación negativa. Esta clasificación indica a futuras instituciones financieras que no cumpliste completamente con tu compromiso original de pago.

Alternativas más convenientes para reestructurar tu deuda

Antes de optar por una quita, el Buró de Crédito recomienda explorar alternativas que no generen una calificación negativa en tu historial. La clave está en mantener una comunicación honesta y proactiva con tu institución financiera para buscar soluciones conjuntas.

Entre las opciones más convenientes para reestructurar tu deuda se encuentran la ampliación del plazo de pago, que te permite distribuir el monto en más tiempo y reducir la presión mensual. También puedes negociar una reducción de la tasa de interés, lo que disminuye el costo total del crédito sin afectar tu historial.

Otra alternativa efectiva es la aplicación de pagos fijos, que te brinda mayor certidumbre y control sobre tu presupuesto mensual.

Cómo monitorear y proteger tu historial crediticio

Para tomar decisiones financieras informadas, es esencial conocer el estado actual de tu historial crediticio. El Buró de Crédito te permite consultar tu Reporte de Crédito Especial de manera gratuita una vez cada 12 meses a través de su página oficial o aplicación móvil.

Las consultas adicionales en el mismo período tienen un costo de 35.60 pesos cada una, una inversión mínima considerando la importancia de mantener un monitoreo regular de tu información crediticia.

Esta práctica te permite detectar errores, identificar áreas de mejora y tomar decisiones estratégicas sobre tu futuro financiero.