

El avance de la esperanza de vida en México representa un logro importante en materia de salud, tecnología y ciencia, pero también plantea desafíos relevantes para el sistema económico nacional, especialmente en lo que respecta al retiro laboral y las cuentas bancarias.
En este contexto, las aportaciones voluntarias a las cuentas de Afore, como las administradas por Banamex o Azteca, se presentan como una herramienta clave para fortalecer el ahorro individual y acceder a beneficios fiscales.
El documento clave que deben solicitar usuarios de Afore Banamex y Azteca
Quienes tienen su cuenta de Afore en instituciones como Banamex o Azteca deben estar atentos a un trámite obligatorio que debe realizarse antes del 30 de abril. Se trata de la Constancia de Retención de Impuestos por Aportaciones Voluntarias, un documento que permite que estos ahorros adicionales sean deducibles de impuestos en la declaración anual.

Este comprobante es emitido por la administradora de fondos para el retiro (Afore) correspondiente, siempre y cuando se cumplan ciertas condiciones relacionadas con el tipo de aportación y el tiempo de permanencia del dinero invertido.
¿Cuál es el límite de deducción permitido?
Según la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR), las aportaciones voluntarias pueden deducirse hasta por un máximo del 10% del ingreso acumulable del contribuyente. No obstante, el total de deducciones personales (que incluye otros conceptos como donativos o gastos médicos) no debe rebasar el 15% del ingreso total.

Es fundamental tener en cuenta que este beneficio fiscal no aplicará si se retiran las aportaciones antes de cumplir el plazo mínimo de cinco años. Hacerlo implicaría perder la deducibilidad y posiblemente enfrentar cargos fiscales adicionales.
¿Qué son las aportaciones voluntarias a Afore y por qué son importantes?
Las aportaciones voluntarias consisten en depósitos adicionales que los trabajadores pueden realizar a su cuenta individual de Afore. A diferencia de las aportaciones obligatorias que efectúa el patrón, estas se realizan por decisión propia, en función de las posibilidades económicas de cada persona.
Su objetivo es mejorar el monto de la pensión al momento del retiro, ya que además del capital acumulado, estas inversiones generan rendimientos. Cuanto más frecuentes y elevadas sean estas aportaciones, mayor será el crecimiento del ahorro acumulado. Esta estrategia no sólo fortalece el patrimonio a futuro, sino que también puede otorgar beneficios fiscales significativos.











