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Las nuevas relaciones comerciales a nivel global están poniendo en jaque la hegemonía del dólar como la moneda de cambio más usada en el mundo. Cerca de 50 naciones, muchas de ellas vinculadas al bloque BRICS, están alejándose del dólar estadounidense y virando hacia monedas como el yuan, la rupia y el rublo para sus transacciones.

Se trata de una decisión estratégica que provoca un punto de inflexión en el liderazgo del billete de Estados Unidos.

México, incluso más que otras economías de la región, debe estar atento a este cambio en las reglas de juego que sin dudas tendrá fuertes repercusiones en las finanzas de todas las naciones.

Se despide el dólar como la moneda líder del mundo

El auge del bloque BRICS, compuesto originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y su reciente expansión para incluir a países como Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, es un claro indicador de su creciente influencia geopolítica y económica.

El grupo de economías emergentes se perfila para ser una alternativa al sistema financiero dominado por Occidente. Entre sus estrategias impulsando la desdolarización del comercio exterior y la adopción de las propias monedas nacionales.

Baris-Ozer

La incorporación de nuevas naciones a esta tendencia hacia el uso de monedas locales subraya la insatisfacción con la dependencia del dólar, especialmente en un contexto de sanciones económicas y fluctuaciones del mercado internacional de divisas. El proceso de desdolarización busca reducir la vulnerabilidad y su impacto en los distintos países de economías emergentes en el marco de una política monetaria más agresiva de Estados Unidos como de un escenario global marcado por las tensiones bélicas.

El declive del dólar y su impacto en la economía global

Las monedas nacionales pasarán a ser parte de la estrategia de comercio global en más de 50 países a la hora de liquidar sus intercambios comerciales.

Si bien el dólar seguirá siendo la principal divisa de reserva y comercio global, esta tendencia marca un alejamiento progresivo y sostenido. La diversificación de divisas en las transacciones internacionales podría llevar a una mayor estabilidad para las economías emergentes, al reducir su exposición a la volatilidad del dólar y a las políticas de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Si se debilita el dólar puede haber cambios en las los precios de las materias primas y las cadenas de suministro internacionales.

En el caso particular de México, un país con una profunda interconexión económica con Estados Unidos, esto puede redundar en una menor dependencia global del dólar podría y reducir presiones inflacionarias importadas y ofrecer mayor flexibilidad en la política monetaria. Sin embargo, la dependencia económica del país latino para con Estados Unidos puede complicar un escenario de enfrentamiento entre potencias emergentes y el país líder del norte global.