

Todos hemos sufrido alguna vez de un período de mala racha dónde absolutamente nada pareciera salirnos bien. Para hacerle frente a estas situaciones, realizar un baño adecuado que contribuya a la limpieza espiritual puede ser muy efectivo.
El baño de menta y miel es una técnica que recomiendan los especialistas para poner punto final a la mala suerte. Se lo considera muy poderoso para eliminar por completo las energías negativas que están dificultando la concreción de tus objetivos.
Por qué debo bañarme con menta y miel
Entre los recursos naturales más utilizados para realizar limpiezas espirituales se encuentran la miel y la menta gracias a sus incontables propiedades esotéricas para el bloqueo de las fuentes energéticas desfavorables.
La menta está dentro del podio de las plantas más efectivas para atraer buena suerte y prosperidad desde la época de los antiguos romanos, que la utilizaban a modo de perfume en el antebrazo. Además, es muy fácil de conseguir e incluso puedes colocar en tu hogar una pequeña maceta con menta para tenerla siempre a la mano.
Por su parte, la miel, es capturadora natural de las buenas energías y la suerte inmediata por lo que los expertos la consideran un elemento vital que debe estar presente en todos los rituales de limpieza espiritual.

Cómo realizar el baño de miel y menta
Para llevar a cabo este procedimiento necesitarás ciertos ingredientes
- Agua
- 3 cucharadas de miel
- 13 hojas de menta
- 1 vela blanca
- 1 vela verde
- 1 toalla blanca
El primer paso es encender con precaución la vela blanca antes de realizar el baño, pues su presencia facilitará la fluidez de buenas energías y ayudará a que la negatividad estancada en el ambiente sea eliminada por completo para que puedas finalmente cortar con tu mala racha.
Luego llena tu bañera de agua hirviendo y colócale la miel y las 13 hojas de menta. Aguarda aproximadamente 15 minutos a que todos los componentes se hayan fusionado de la manera deseada y cuándo sientas que el agua esta tibia, sumérgete desde el cuello hacia abajo hasta que sientas que se empieza a enfriar.
Para concluir, prende la vela verde, símbolo de fortuna y buena suerte, y seca tu cuerpo con una toalla blanca-este color repele las malas energías- para sellar el procedimiento.















