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En un contexto geopolítico marcado por las tensiones en el este europeo, Turquía está moviendo sus fichas para consolidarse como un actor clave en el suministro energético del continente. Angora ha puesto la mira en países como Rumanía, Moldavia y Hungría, impulsando un ambicioso proyecto que promete reconfigurar las rutas tradicionales del gas.

Según información revelada por el medio rumano PlayTech, la iniciativa, bautizada como Corredor Vertical del Gas, se presenta como una "ruta de energía alternativa" diseñada paratransportar gas natural licuado (GNL) desde los puertos griegos hacia el corazón de Europa Central y Oriental. La publicación señala a Turquía como la "fuerza en la sombra" que está impulsando de manera activa la materialización de este corredor.

La novedad radica en la inversión del flujo del gasoducto transbalcánico. En lugar del tradicional tránsito de recursos desde Ucrania hacia el sur, el gas ahora fluirá desde Turquía hacia el norte, alcanzando mercados en Ucrania, Rumanía, Moldavia y Hungría. Esta estrategia aprovecha la infraestructura existente, que previamente transportaba exclusivamente gas ruso.

El proyecto que convertirá a Turquía en la nueva potencia mundial del mercado del gas

El Ministerio de Energía de Bulgaria ha confirmado avances significativos en el proyecto, anunciando la finalización del segmento búlgaro para el año 2026. Se estima que la capacidad de transmisión alcanzará los 10,000 millones de metros cúbicos de gas anuales, logrando este aumento mediante la modernización de la infraestructura actual, evitando la necesidad de construir nuevos gasoductos de gran envergadura.

Sin embargo, las aspiraciones de Turquía van más allá de ser un simple país de tránsito. Tal como señala PlayTech, "Ankara (Angora) ha expresado su clara intención de convertirse en un proveedor de gas con influencia continental". En este sentido, el país euroasiático planea desarrollar su propia marca de gas natural, denominada Turkish Blend, que integrará importaciones provenientes de más de 30 naciones.

Para asegurar su capacidad de suministro, Angora se encuentra inmersa en la modernización de sus terminales de GNL y en negociaciones con los países vecinos para establecer acuerdos energéticos sólidos. Un ejemplo concreto de este esfuerzo es la ampliación de los gasoductos de conexión con Bulgaria, cuyo objetivo es duplicar la capacidad actual, elevándola de 3,500 millones a 7,000 millones de metros cúbicos anuales.

Con este movimiento estratégico, Turquía busca no solo diversificar las fuentes de energía para la región, sino también consolidar su posición como un actor energético central en el tablero europeo, aprovechando la coyuntura geopolítica actual para redefinir los flujos de gas y ejercer una influencia continental creciente.