

Se terminó la tolerancia. A partir del próximo año, cortar ramas que rozan el tendido eléctrico dejará de ser una tarea doméstica para convertirse en un gasto para los propietarios. Las compañías eléctricas ya no limitarán su respuesta a una advertencia: comenzarán a cobrar el desplazamiento de cuadrillas, los materiales utilizados en las reparaciones y aplicarán sanciones por intervenir sin autorización en la zona de seguridad.
El cambio obedece a un problema en aumento. La vegetación que toca o se aproxima demasiado a las líneas eléctricas figura entre las principales causas de fallas en el suministro. Cuando una rama cae sobre un cable, suele provocar un cortocircuito capaz de dejar sin luz a barrios completos y, en entornos secos o con vientos fuertes, también eleva el riesgo de incendios.
Hasta ahora, las empresas enviaban cuadrillas de emergencia, restablecían el servicio y, en el mejor de los casos, dejaban una advertencia para el responsable del árbol. Ese esquema llegará a su fin.
Desde 2026, cualquier persona que realice trabajos por cuenta propia dentro del área de protección de una línea aérea deberá asumir los costos generados por el incidente.

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El nuevo modelo plantea que cada acción particular que provoque un riesgo evitable debe tener un responsable directo.
Si un vecino corta una rama sin coordinación, esta cae sobre el tendido y causa un apagón, ese vecino recibirá el cobro por el desplazamiento de personal, los materiales utilizados en la reparación y, en algunos casos, una sanción adicional por operar dentro del corredor de seguridad sin permiso.
Las empresas argumentan que esta medida no busca únicamente penalizar, sino también disuadir comportamientos que aumentan la vulnerabilidad. Con el clima volviéndose más extremo —sequías prolongadas, vientos fuertes y olas de calor— el margen de error se reduce. Un descuido con una motosierra puede terminar en un incendio que afecte viviendas y áreas naturales.
Los reguladores reconocen que durante años las campañas de concientización no lograron frenar el problema. Por eso apuestan ahora a la responsabilidad económica directa: si tu acción genera el problema, tu presupuesto familiar lo resiente.

¿Qué tan cerca es “demasiado cerca”? La distancia que complica todo
Una de las complicaciones prácticas del nuevo esquema radica en definir cuándo un árbol está demasiado cerca de un cable de luz. No existe una medida universal. Cada compañía eléctrica establece su propia zona de resguardo según el voltaje de la línea, las condiciones climáticas locales y las normas técnicas vigentes en cada región.
Como referencia general, si una rama puede oscilar con el viento, quebrarse y caer sobre el cable, ya estás dentro de una franja sensible. Desde el nivel del suelo, esa distancia engaña; muchas personas creen tener margen de sobra hasta que el viento mueve la rama más de lo previsto.
Por eso, antes de tomar cualquier herramienta de corte, el primer paso recomendado es contactar a la empresa eléctrica. La mayoría cuenta con líneas específicas para reportar árboles cerca de tendidos. En muchos casos, si la rama está dentro de su corredor de seguridad, la propia cuadrilla realiza el corte sin costo para el vecino o coordina un corte programado del suministro para que un contratista trabaje de forma segura.
Cómo evitar multas y trabajar de manera segura
Prevenir, coordinar y documentar son las tres claves para mantenerse lejos de sanciones y, sobre todo, de accidentes graves.
- Llamar antes de cortar se vuelve obligatorio. Obtener un número de folio, guardar correos y tomar fotografías del estado del árbol antes y después del trabajo puede funcionar como defensa si luego surge una controversia sobre responsabilidades.
- Contratar arboristas calificados. Para trabajos dentro de la franja de seguridad, se requieren profesionales certificados en poda cerca de líneas energizadas, que utilizan equipo aislado y coordinan fechas con la empresa cuando se necesita interrumpir temporalmente el servicio de luz.
- Plantar con inteligencia también reduce problemas a futuro. Elegir especies de porte bajo o mediano para banquetas y áreas cercanas a cables evita décadas de conflictos. Las empresas eléctricas suelen publicar listas de árboles compatibles con la red eléctrica.
Vale la pena, además, revisar la póliza de seguro de vivienda. Algunas contemplan daños por caída de árboles sobre infraestructura; otras los excluyen cuando se demuestra negligencia. Saber cómo aplicaría tu cobertura en caso de un incidente te da claridad sobre hasta dónde llega tu protección y dónde empieza el riesgo directo para tu bolsillo.















