Durante años, las pirámides de Egipto fueron terreno fértil para teorías sin fundamento.
De hecho, la precisión con la que fueron construidas dio lugar a especulaciones que van desde visitas extraterrestres hasta civilizaciones avanzadas hoy desaparecidas.
Los hechos, sin embargo, cuentan otra historia. La evidencia arqueológica demuestra de forma contundente que las pirámides fueron construidas por los antiguos egipcios utilizando los conocimientos y recursos disponibles en su época.
Un ejemplo reciente de este contraste entre mito y realidad es el cruce entre el arqueólogo Zahi Hawass y el podcaster Joe Rogan, que volvió a instalar el debate en la agenda pública.
¿Las pirámides de Egipto fueron construidas por los extraterrestres?
Las teorías que atribuyen la construcción de las pirámides a seres extraterrestres o civilizaciones perdidas ganaron popularidad en los medios de comunicación y el entretenimiento, pero carecen de fundamento científico sólido.
Estas hipótesis surgieron principalmente debido a la subestimación de las capacidades tecnológicas y organizativas de las civilizaciones antiguas.
Los defensores de estas teorías argumentan que la precisión en la construcción, el peso de los bloques de piedra y la complejidad del diseño habrían sido imposibles de lograr sin tecnología moderna. Sin embargo, esta perspectiva ignora décadas de investigación arqueológica que demostraron cómo los antiguos egipcios desarrollaron técnicas sofisticadas de ingeniería y construcción.
Así, Zahi Hawass, una de las máximas autoridades en egiptología mundial, fue categórico al respecto: las pirámides fueron construidas exclusivamente por trabajadores egipcios utilizando técnicas avanzadas para su época, pero completamente terrestres.
Su reciente aparición en el podcast de Joe Rogan sirvió precisamente para confrontar estas teorías pseudocientíficas con evidencia arqueológica sólida.
La evidencia arqueológica definitiva: tumbas de trabajadores, herramientas y técnicas de construcción.
Para Zahi Hawass la prueba más contundente de que las pirámides fueron construidas por antiguos egipcios se encuentra en los descubrimientos arqueológicos realizados en las últimas décadas.
En las proximidades de las pirámides de Giza, por ejemplo, se hallaron cementerios donde fueron enterrados los trabajadores que participaron en su construcción. Estos enterramientos muestran signos claros de esfuerzo físico intenso y lesiones compatibles con tareas de carga y cantería.
Además, se encontraron herramientas de cobre, palancas de madera, restos de rampas y evidencia de sistemas rudimentarios de poleas. Estos hallazgos coinciden con lo que la ingeniería moderna considera métodos viables para levantar estructuras de ese tamaño en el contexto tecnológico de la época.
Los métodos empleados incluyeron rampas en espiral que rodeaban la pirámide y permitían elevar los bloques a medida que la estructura crecía en altura. También se utilizaron trineos de madera, rodillos, cuerdas y barcazas fluviales que aprovechaban las crecidas del Nilo para el transporte de bloques de varias toneladas.
También papiros antiguos revelaron registros administrativos que documentan listas de trabajadores, asignaciones de raciones, turnos de trabajo y planificación detallada.
Se estima que entre 20,000 y 30,000 personas participaron en estas obras, incluyendo arquitectos, canteros, transportistas y obreros especializados. Lejos de la imagen de esclavos forzados, los trabajadores eran alimentados, organizados en equipos y valorados como parte de un esfuerzo colectivo de gran trascendencia cultural y religiosa.
A esto se suma el avanzado conocimiento matemático y astronómico de los egipcios, que les permitió orientar las pirámides con una precisión notable. Su dominio de la geometría y sus observaciones astronómicas se reflejan en la proporción exacta de sus construcciones, en la alineación con puntos cardinales y en la planificación estructural. Incluso desarrollaron técnicas de tallado y morteros especiales que permitieron juntas casi imperceptibles entre los bloques de piedra.
La evidencia acumulada es contundente: las pirámides no son un enigma irresuelto ni una obra imposible. Son, por el contrario, el testimonio del poder organizativo, la creatividad técnica y el conocimiento científico de una de las civilizaciones más extraordinarias de la historia antigua.
El debate reciente entre el arqueólogo Zahi Hawass y el podcaster Joe Rogan volvió a poner el tema en agenda, confrontando directamente la pseudociencia con la investigación rigurosa.
Hawass fue enfático: "Si tuviera una sola pieza de evidencia de que los constructores de las pirámides no fueron egipcios, lo admitiría inmediatamente". Pero toda la evidencia apunta en sentido contrario.