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Cuando utilizamos cajeros automáticos para retirar dinero en efectivo, existe un hábito aparentemente inofensivo que puede exponernos a riesgos significativos: imprimir el recibo de la transacción.

Los delincuentes están constantemente buscando formas de obtener información personal para cometer fraudes. Un simple comprobante olvidado puede convertirse en una puerta de entrada para estafas elaboradas que pueden comprometer tu patrimonio.

¿Por qué deberías evitar imprimir tu recibo del cajero automático?

Los comprobantes emitidos por el cajero automático tras realizar una transacción pueden contener información confidencial, como el número de cuenta, los montos retirados y el saldo disponible.

Si no se gestionan adecuadamente, estos recibos pueden ser aprovechados por ciberdelincuentes para llevar a cabo fraudes sofisticados.

Los atacantes pueden utilizar esta información para ejecutar tácticas como el phishing, la suplantación de identidad o incluso realizar llamadas fraudulentas haciéndose pasar por representantes de una institución financiera.

Adoptar medidas simples, como destruir o guardar los recibos de manera segura, puede ser la diferencia entre mantener la seguridad financiera.

¿Qué información puede contener el comprobante?

En la mayoría de los casos, un comprobante de cajero automático típicamente puede contener la siguiente información:

Datos de la transacción

  • Fecha y hora exacta del retiro
  • Monto retirado
  • Tipo de transacción
  • Número de transacción
  • Ubicación del cajero automático

Información bancaria

  • Los últimos 4 dígitos de tu número de tarjeta
  • Tipo de cuenta (débito, crédito)
  • Saldo restante después de la transacción
  • Nombre del banco o institución financiera

Datos personales

  • Iniciales del nombre del titular
  • Tipo de cuenta
  • Información parcial de la cuenta bancaria

Qué hacer con los comprobantes del cajero automático

Conservar los recibos no es un problema en sí mismo, siempre y cuando se gestionen de manera adecuada.

Es importante mantenerlos organizados y almacenados en un lugar seguro hasta que ya no sean necesarios. Cuando llegue el momento de desecharlos, la forma en que los elimines es crucial para proteger tu información personal.

Para garantizar que nadie pueda acceder a los datos contenidos en los recibos, es recomendable usar una trituradora de papel, ya que esta destruye los documentos de manera irreversible.

Si no cuentas con una trituradora, puedes optar por romper los comprobantes en pequeños pedazos, asegurándote de que la información relevante, como el número de cuenta y los montos, quede ilegible.