

El Departamento de Estado de Estados Unidos implementónuevas regulaciones más estrictas para la renovación de pasaportes, estableciendo criterios específicos que muchos ciudadanos no podrán cumplir.
Estas medidas, que buscan reforzar la seguridad nacional y modernizar el sistema de identificación, obligarán a miles de personas a reiniciar completamente el proceso de solicitud.
Así, ciertos grupos de ciudadanos ya no podrán renovar sus pasaportes de manera tradicional y deberán presentarse en persona para solicitar un documento completamente nuevo.

Quiénes no podrán renovar su pasaporte estadounidense
El Departamento de Estado estableció claramente que las siguientes personas no son elegibles para la renovación de pasaporte y deben solicitar uno nuevo utilizando el formulario DS-11:
- Personas cuyo pasaporte anterior fue emitido cuando tenían menos de 16 años.
- Ciudadanos con pasaportes emitidos hace más de 15 años.
- Portadores de pasaportes dañados, perdidos o robados.
- Individuos que cambiaron su nombre legal.
Nuevo proceso obligatorio para solicitar el pasaporte
Las personas que se encuentren en alguna de las situaciones mencionadas anteriormente deberán seguir un proceso presencial para obtener su nuevo pasaporte.
En primer lugar, deberán completar el formulario DS-11, disponible en el portal oficial del Departamento de Estado, y reunir pruebas de ciudadanía estadounidense, identificación válida con fotografía y una imagen reciente que cumpla con los nuevos estándares establecidos.
Sin excepción, todos los afectados deben presentarse en persona en una oficina de aceptación de solicitudes de pasaporte autorizada para entregar la documentación y completar el trámite.
Es importante recordar que el proceso incluye el pago de tarifas correspondientes, que pueden ser superiores a las de una renovación tradicional.
Además, los tiempos de procesamiento pueden extenderse considerablemente debido al aumento en la demanda y los controles adicionales de seguridad.

Impacto en la seguridad y verificación de identidad
Estas nuevas medidas responden a la necesidad del gobierno estadounidense de modernizar su sistema de identificación y combatir el fraude documental. El objetivo principal es garantizar que cada pasaporte refleje información actualizada y verificada por autoridades competentes.
La implementación de estos cambios se alinea con otras iniciativas de seguridad nacional, incluyendo la Ley del Real ID, que establece estándares más estrictos para la identificación en vuelos domésticos y acceso a instalaciones federales.















